
La figura del opa en Salta forma parte de ese conjunto de tradiciones ancestrales que, década tras década, viene demostrando una singular capacidad de adaptación a los nuevos tiempos. Se engaña quien piensa que el opa tradicional de Salta, aquel personaje lento, vagabundo de los patios del fondo y habitante de veredas solitarias, a menudo confinado por su propia familia, ha desaparecido completamente de nuestra vida social. Antes y al contrario, ha evolucionado y lo ha hecho de un modo sorprendente.