
El mismo tribunal dispuso que el deteriorado Bussi cumpliera su condena en régimen de prisión domiciliaria y que Menéndez lo siguiera hiciendo en su lugar de detención actual, una cárcel común de la Provincia de Córdoba.
La noticia de la concesión de la prisión domiciliaria a exgobernador de Tucumán fue el detonante para que grupos sindicados por los medios como "de izquierda" promovieran incidentes a las puertas del tribunal y que incluso llegaran a ensarzarse en enfrentamientos con partidarios de Fuerza Republicana, el partido fundado por Bussi.
Salta espera
Tras los juicios de Córdoba y Tucumán se espera con cierta inquietud que esta "ola juzgadora" llegue a Salta, un lugar en donde a pesar de las atrocidades cometidas hace más de 32 años, la justicia no ha sido capaz de sentar en el banquillo más que a la "segunda línea" de las fuerzas que operaron clandestinamente en la desaparición y asesinato de personas.
Consultado acerca de las razones de esta aparente claudicación de la justicia salteña, un portavoz de las asociaciones de Derechos Humanos ha señalado que la principal diferencia entre los casos de Tucumán y Córdoba con Salta es que en nuestra provincia las "órdenes de matar" provenían de algunas instancias civiles que aún detentan una amplia capacidad de influencia social y política y que si hubo militares de alta graduación implicados, éstos no fueron incriminados por pertenecer "a familias tradicionales de Salta". Esta misma fuente señaló como principales "manifestaciones de impunidad" al reciente sobreseimiento del exjuez Ricardo Lona y a la "insólita" desincriminación del exmilitar Joaquín Cornejo Alemán.