El gobierno adorna el centro de la Ciudad de Salta con adoquines muy costosos

Según la leyenda, la población de Esteco, al Sur de Salta, fue destruida en el año 1692 por un terremoto enviado como castigo divino por su incredulidad, sus excesos de lujo y de lujuria. La imaginación quiere ver en Esteco a jinetes que lucían sobrecargados de recados de oro y plata y montaban caballos que, a gallardo paso, arrancaban chispas de sus calles tapizadas con láminas de plata. La calle Zuviría, a la altura de la PlazaLos adoquines con los que el gobierno de Salta decidió adornar la Plaza 9 de Julio, la principal de esta Ciudad, no son de plata pero, por su costo, parece que lo fueran. Hace unos años, un intendente del actual gobierno mandó a colocar una capa de asfalto sobre viejos y auténticos adoquines del siglo XIX. Poco después, el mismo gobierno mandó reponerlos cuando se dio cuenta que los adoquines podían dar un toque de apariencia “colonial” a la Ciudad y de, paso, beneficiar a algunos con los sobreprecios.

Piedras lejanas


Ahora, el candidato a diputado provincial por la ciudad capital de la Concertación Salteña, Carlos Humberto Saravia, pidió a la Auditoría General de la Provincia que investigue los precios de la obra de adoquinado de la primera cuadra de la calle Zuviría, una de las que recorta la Plaza 9 de Julio. Las piedras colocadas son traídas del extremo Sur de la Argentina y no se corresponden con las que hay en las canteras de Salta las que, históricamente, se usaron aquí y definieron el estilo de la Ciudad.

Esta obra forma parte del Programa de Conservación del Casco Histórico de la Ciudad, se inició el 19 de Junio pasado, y que fue inaugurada hace poco más de un mes a un costo inicialmente presupuestado de $915.000. En poco tiempo se habría incrementado a $1.200.000 – su precio final-, incluyendo trabajos secundarios de excavación, nivelación de calzada, relleno, sellado de juntas y desagües pluviales hacia el canal principal.

Saravia, que es abogado de la Red de Derechos Humanos, solicitó un presupuesto alternativo a otra empresa privada, del que surge que la obra tendría un valor real de $311.577,58, determinando una diferencia en perjuicio del patrimonio estatal de $603.422,42, de calcularla solamente sobre la base de los $915.000 originarios.

Cuentas por aclarar


Según los antecedentes colectados –de los valores en plaza- el costo de material y mano de obra es de $203.559 y el precio comprende $30.090 por 1.200 metros de contrapiso a $25,08 por cada unidad métrica; $117.924 por 1.200 metros de adoquines a $98,27 por metro; $22.430 por provisión y colocación de cañería; $28.155 por iluminación y $4.960 por herrería de ornamentación. El precio se integra contemplando $30.533,85 por gastos generales, $54.075,45 de IVA y $23.409,29 previsto como el 10% de margen de ganancias de una empresa.

Saravia recordó que a mediados de 2.005 las autoridades difundieron a los medios periodísticos que se licitaba la obra previendo un costo cercano a los $750.000 ($450.000 menos de lo que finalmente se habría pagado), que los fondos saldrían desde el Ministerio de Hacienda de la provincia, y el control de las obras estaría a cargo de la Secretaría de Infraestructura Urbana y Financiamiento Internacional que ocupa Aroldo Tonini. Aún en ese caso, las previsiones de los funcionarios superaban en más del doble los precios de mercado.

La licitación la ganó la empresa Mocoví SRL de -Raúl Siquier y Mariano Ojeda- “que oportunamente conformó una Unión Transitoria de Empresas con la empresa RIVA S.A. para la canalización del arroyo Tinkunaku. Riva S.A. es otra de las empresas que ha logrado contrataciones millonarias en Salta como el Estadio Padre Martearena y el edificio de la Ciudad Judicial”, recordó Saravia.