Formar hombres de Estado o formar 'militantes'

El Gobierno de la Provincia acaba de anunciar que el Instituto Nacional de Capacitación Política (INCAP), un organismo dependiente (en todos los sentidos de la palabra) del Ministerio del Interior, dictará cursos de formación política en Salta.
ImageConviene recordar que el INCAP fue pensado para responder al mandato del artículo 38 de la Constitución Nacional. Pero hay pocas evidencias de que su aún corta trayectoria se haya enmarcado efectivamente en aquel alto propósito constitucional.

Al presentar los próximos cursos en Salta, los directivos del INCAP se han preocupado en resaltar que el ciclo está abierto a todas las fuerzas políticas y sociales.

Y está bien que así sea.

Sin embargo, la vocación pluralista del Instituto y sus cursos no se mide por los alumnos sino por el plantel de profesores, por los programas que se desarrollen y por el ideario efectivo que inspire al organismo y a sus directivos.

La página Web del INCAP no contiene el listado de profesores (anuncia que esta categoría está en construcción”) y los recientes anuncios en Salta guardan silencio sobre quiénes serán los intelectuales y docentes convocados.

Lamentablemente hay muchos indicios (como por ejemplo la nómina de autores convocados a escribir en la revista “Capacitación Política”) que autorizan a pensar que los cursos servirán mas a la formación de dirigentes adictos a la actual mayoría que a la de ciudadanos con vocación política que profesan ideas distintas.

No es bueno para Salta ni para la Nación perseverar en prácticas excluyentes que afiancen una visión unilateral y sectaria del mundo, de la historia, de los problemas del presente y de los desafíos del futuro.

El mismo reparo ofrece el reciente anuncio del gobernador de Salta de integrar a la -hasta hace poco- independiente Escuela de Administración Pública en las estructuras del Estado. Porque una cosa es formar a quienes ya se desempeñan como agentes del Estado y otra cosa bien diferente es formar a ciudadanos independientes en las ciencias de la administración y la política. En una sociedad democrática, estos cometidos debieran de estar diferenciados y a cargo de instituciones también diferentes.