
De acuerdo con fuentes relacionadas a la investigación, Cantarero y familia habrían acumulado, en pocos años, numerosas propiedades urbanas y rurales, automóviles, participación societaria en cinco empresas y depósitos en divisas en bancos nacionales y del extranjero, una fortuna estimada según algunos, por lo bajo- en unos 6 millones de dólares.
Cantarero fue administrador de la empresa Horizontes, que edita el diario El Tribuno, y ojo derecho del fallecido exgobernador Roberto Romero. Fue ministro de Economía de Salta, senador provincial y sucedió en el Senado de la Nación al exgobernador Juan Carlos Romero. Antes de que estallara el escándalo de las coimas, Cantarero fue presidente del Partido Justicialista de Salta.
Antes de desembarcar en la política nacional, la fama de Cantarero ya había trascendido las fronteras de Salta, cuando a finales de los años ochenta se divulgó una cinta magnetofónica que registraba una conversación telefónica entre el influyente político y el entonces presidente de la Corte de Justicia de Salta, en la que ambos se ponían de acuerdo para dictar una jurisprudencia a medida, desautorizar a una jueza independiente, y beneficiar a una de las empresas de la familia Romero.
Cantarero, retirado de la política desde hace varios años, reside en el exclusivo country Valle Escondido, de su propiedad.