
Recurriendo a viejos argumentos de los regímenes reaccionarios que gobernaron Salta hace un siglo, intentando descalificar cualquier opinión crítica, el oficialismo está diciendo que cualquier objeción a la gestión que ahora termina está dictada por el resentimiento, el revanchismo y el odio.
Predicar, pero no practicar
El oficialismo en retirada, sin que nadie se lo haya pedido, se adjudica ahora un papel docente y dedica sus últimas horas a enseñar los mismos modales democráticos que jamás practicó en estos años. Con una mano amaga ser partidario del consenso y al diálogo. Con la otra lanza golpes de una extrema bajeza, no sólo al nuevo gobierno de Salta sino a la convivencia social.
Ahora, el gobierno saliente se presenta como portador y dueño único de la sensatez, la racionalidad, la capacidad y como practicante de la alta política. En la vereda de enfrente, coloca la insensatez, la incompetencia y la politiquería, el juego chico adjudicada al resto de la dirigencia política, incluido el próximo gobierno. Nunca antes, en un periodo democrático en Salta, se desplegó tanta altanería y tanta maldad insolente como ahora. La interpretación política no es suficiente: será necesario recurrir a la sicología para comprender esta ofensiva.
La designación, con fórceps y nocturnidad, de un nuevo ministro de la Corte de Justicia provoca uno de los más intensos y amplios repudios no sólo de todos los sectores políticos, sin excepciones, sino de Organizaciones no Gubernamentales, sindicatos y de cada vez más amplios sectores sociales.
Ferraris es un abogado de 38 años que no ejerció ninguna función judicial, no tiene ninguna publicación sobre temas jurídicos y no registra un ejercicio en su profesión. Abogados egresados de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Salta dicen que, siendo alumno allí, Ferraris fue sancionado por haber intentado un fraude académico, lo que le obligó a inscribirse luego en la Universidad del Nordeste en la Provincia de Corrientes.
La designación de Ferraris trae a la memoria un caso similar: el de un joven abogado sin antecedentes ni méritos para acceder a la Corte de Justicia de Salta, además de resistido en el medio local. En este caso el entonces presidente de la Corte decidió no tomarle juramento al ministro designado, actitud con la que se solidarizaron los demás ministros de la Corte.
Más degradación institucional
Aludiendo a la designación de Ferraris como ministro de la Corte, Urtubey ratificó que, a partir del 10 de Diciembre voy a trabajar todo lo que pueda para mejorar y recuperar la calidad institucional perdida, mientras tanto recomiendo prudencia a quienes tengan que asumir y puedan excederse, precisó.
Urtubey insistió que hará todo lo posible por solucionar los problemas, de baja calidad institucional y sostuvo que Romero no está buscando el premio a la calidad institucional designando a una persona tan cuestionada como Ferraris, pero es su responsabilidad la que deberá asumir por la gente.
Urtubey dijo que no pretende modificar la Constitución Provincial, ya que requiere un largo procedimiento, no obstante aseveró que limitará las funciones del gobernador para designar jueces de la Corte, ya que recalcó que quiere un proceso participativo.
El gobernador electo reiteró que no hablará con el saliente gobernador de la Provincia, temas relacionados con la Corte de Justicia, ya que indicó que es una negociación política en la que él (Urtubey) no entra. De lo que se trata, es de acordar asuntos institucionales y trabajar para tener la información necesaria de manera que los nuevos funcionarios de su gobierno, no pierdan el tiempo y conozcan la situación de sus organismos.
Atropello intolerable
En tanto, el vicegobernador electo, Andrés Zottos calificó como atropello intolerable la designación de Gustavo Ferraris como ministro de la Corte de Justicia. Todo esto crea una sensación de manipulación y de inseguridad social. El origen de la falta de legitimidad de la justicia está en el sistema de designación de los jueces. Sobre la mayoría de ellos recae la sospecha de su simpatía o adhesión al partido gobernante.
Zottos admitió que en los últimos días las decisiones de Romero enrarecieron no sólo el clima político sino también el social, generando malestar. Zottos dice que es lamentable que un miembro de la Corte de Justicia sea designado de esta manera. Además, que no tenga antecedentes ni méritos. Fue designado sólo por el hecho de mantener una absoluta obediencia al gobernador Romero.
La diputada del Frente para la Victoria, Nora Giménez calificó de una barbaridad, la aprobación del pliego para que Gustavo Ferraris integre la Corte de Justicia de Salta. Si hay un funcionario que fue ampliamente cuestionado y que inclusive tiene causas judiciales que aún no fueron esclarecidas, precisamente es Ferraris, puntualizó. Recordó el caso de los autos mellizos, una denuncia por desobediencia judicial, cuando ordenó el desalojo de San Expedito y como responsable de la represión a los docentes en la llamada Noche de las Tizas.
Desobediencia judicial
La integración de Ferraris en la Corte de Justicia va en detrimento de la credibilidad y de la confianza de la ciudadanía, acusó Giménez. Quién puede creer que la Corte de Justicia, va a funcionar bien, con un hombre con antecedentes judiciales y que inclusive tiene una causa por desobediencia judicial, por el desalojo de San Expedito, cuestionó la diputada provincial.
La diputada provincial Nora Giménez cuestionó a Ferraris y recordó que está denunciado por desobediencia judicial, lo que lo inhabilita moralemente para administrar justicia en el alto tribunal. Hay que poner en funcionamiento todos los recursos que nos da la democracia para no permitir que esta calidad de ciudadanos, lleguen a instituciones como la Corte de Justicia, dijo Giménez.
En tanto que el senador provincial Raúl García (Partido Renovador), que votó en contra de la designación de Ferraris, aludió a los antecedentes de éste. Ferraris no cumplió con sus deberes de funcionario. Jamás compareció ante los legisladores cuando se lo citó para dar explicaciones de graves hechos en los que él intervino. Esta designación representa un cachetazo a la sociedad, especialmente a los docentes, a los empleados de la administración pública y a los que menos tienen, opinó García.
Es una vergüenza
El Partido Obrero dice que la designación de Ferraris es una provocación al pueblo de Salta. Es una vergüenza nombrar en la Corte a este hombre que fue el responsable directo de la represión a los docentes, al espionaje a la última huelga docente, incluidos los legisladores del Partido Obrero.
El presidente de la Unión Cívica Radical en Salta, Alberto Luis Espeche, se manifestó indignado, aturdido y espantado por esta designación y calificó el mismo como una ofensa contra los salteños, ante la sociedad y las fuerzas políticas deben reaccionar y manifestarse.
Esto es una cobertura del gobierno que se va, a los fines de que siga existiendo la impunidad y la democracia no logre consolidarse como corresponde, porque una democracia sin justicia clara, es lo mismo que no tener democracia, señaló Espeche que dijo que el gobierno de Romero está lanzado a una huida desesperada con esta cobertura loca, debe ser repudiada por todo el pueblo de Salta.
Incompetecia
Para el ex presidente del Colegio de Abogados, Daniel Tort, Ferraris no tiene la capacidad suficiente para ser ministro de Corte. Para ello es necesario tener una trayectoria en la carrera, una especialización y el profesional debe sobresalir notoriamente del resto de los abogados, requisitos que Ferraris no tiene en absoluto. La Corte no es un lugar a donde uno puede llegar para comenzar a aprender. La Corte es un lugar donde uno tiene que llegar para enseñar; es la última instancia en que se resuelve la libertad o prisión de una persona.
Daniel Tort añadió que en Salta, todos sabemos cuál fue la actuación de Ferraris en los últimos años y aceptar ser ministro de Corte, es una enorme irresponsabilidad de su parte. Es de una enorme irresponsabilidad aceptar el cargo, porque no es una persona capacitada para ser miembro de la Corte de Justicia. Esta es una muy mala noticia.
Fabiana Homez, dirigente de la Asamblea Provincial Docente, repudió la designación de Ferraris. Es una ofensa y una provocación para la docencia salteña. Es trágico cómico que para administrar justicia se designe a una persona que violó las garantías constitucionales, cada vez que dio órdenes de represión como la Noche de las Tizas. Este es otro golpe institucional. La indignación no nos paraliza. Exigiremos el castigo a los responsables del 1 de abril,
Rechazo social
Las radios locales siguen recibiendo numerosas llamadas telefónicas de oyentes que rechazan estas medidas. Un oyente que se identificó como Federico Walter, dijo que Ferraris, es terrorífico. Lo que están haciendo en este momento no tiene nombre, creo que el doctor Urtubey tiene que llamar urgente a una movilización. Creo que el valor de una familia es fundamental. Pregúntele al señor Ferraris ¿Donde vive su padre?
La respuesta la dio otro oyente, de apellido Quipildor, quien aseguró que en Rosario de Lerma vive el padre de Gustavo Ferraris que es un hombre enfermo de diabetes y vive solo tirado como un perro, donde nadie lo ve. Según vecinos, hace años Ferraris habría hecho objeto de malos tratos a su propio padre.
El llamado gesto de autoridad de Romero está provocando una reacción contraria a su intención: antes que reafirmar su autoridad, está produciendo más rechazos a su estilo prepotente de gobierno, condena que se está profundizando también en aquellas capas sociales que el 28 de octubre votaron al oficialismo pero que están tomando distancias de él por estos atropellos.
Caras pintadas
El gobierno se pintó la cara, dicen aquí comparando sus últimas medidas con el amotinamiento de militares golpistas contra el gobierno de Raúl Alfonsín durante la Semana Santa de 1987. Pese un fingido liberalismo utilizado en foros empresarios y en apariciones en medios de comunicación de Buenos Aires, Romero no hace gala de practicar el fair-play con el que debe demostrarse el apego a estas convicciones.
En una nota editorial digna de una antología, con aire paternalista y de perdonavidas, El Tribuno, diario del gobernador Romero dice hoy que Juan Manuel Urtubey tiene todas las posibilidades para transformarse en un gran gobernador. Para lograrlo, la condición implícita es que Urtubey se someta, limitándose a interpretar el papel de subordinado que Romero tenía asignado a Walter Wayar, en quien veía a su seguro y dócil sucesor.
A la fiebre de desatinadas decisiones de Romero, el oficialismo llama grandeza, ejemplo de ejercicio del poder y ejemplos de alta política. En estos días en Salta se habla de golpe de Estado institucional y se dice que Romero es un Hugo Chávez de derecha.
Ninguna observación que mire más allá de lo coyuntural puede ignorar la gravedad de la tensión política que padece Bolivia, país vecino de Salta en donde la terquedad de Evo Morales colocó a ese país al borde de la guerra civil. El descontrol de la violencia en Sucre aparece como una preocupante señal. Con las diferencias del caso, el agravamiento del apetito de poder de Romero y de su sentimiento de omnipotencia están generando una tensión que puede tener derivas insospechadas.
Los comentarios más duros escuchados en la City de la Ciudad de Salta adjudican a Romero haber estudiado Educación Democrática en el Resumen de Lerú y en la Escuela de la Chanchería, antiguo centro escolar de la periferia de la Ciudad.
Sembrando espinas
Dando claras señales de no haber admitido ni asimilado su reciente derrota electoral, luego de doce años de controlar los tres poderes del Estado, en sus últimas horas el gobernador Romero y el oficialismo trabajan día y noche en la siembra de obstáculos y clavos miguelitos, en un desprolijo y desesperado intento de condicionar al nuevo gobierno con el objeto de negociar impunidad para los muchos nichos de corrupción de la actual administración.Están sirviendo un postre envenenado, dicen los observadores aquí. No se recuerda una transferencia de gobierno cargada de tanta mala fe como ésta. Lo que se está haciendo ahora ni siquiera en 1973 y en 1983, cuando los gobiernos de dictaduras militares dejaron el poder a gobernantes constitucionales, añaden. El oficialismo insiste en que cualquier cambio respecto a su política será un salto al vacío y lanza una profecía con la ambición que se cumpla: que la Provincia sin la tutoría del actual grupo gobernante, retornará el pasado o irá al caos.
Resulta sorprendente que, después de controlar la Provincia durante 25 años, el gobierno que se va agite la vuelta a pasado como un espantajo. En realidad, el pasado son ellos. Esta gente tiene algunas confusiones mentales. No sólo quieren congelar el tiempo, presentándose como el presente perpetuo sino también como el futuro. En rigor, son el pasado y se resisten a admitir que su ambición de adueñarse de Salta durante 50 años, terminó el 28 de octubre, opina un dirigente opositor.
Algunas de esas minas visibles colocadas hasta ahora en este territorio son la demora en admitir la derrota del candidato oficialista Walter Wayar, lo que le permitió postergar el inicio de los trámites de traspaso de la administración brindando información clara y exhaustiva sobre las distintas áreas.
Conversos y abanderados
Después de doce años de haber colocado un cerrojo a las demandas salariales del sector público, en su retirada el oficialismo aparece ahora como abanderado de esas reivindicaciones votando leyes de enganche salarial no sólo de empleados judiciales, sino también de magistrados del Poder Judicial, con el propósito de dinamitar el equilibrio presupuestario por ellos mismos pregonado. Preocupa que legisladores del sector que apoya a Urtubey impulsaran y votaran estas graves e inoportunas iniciativas.
A estos se añaden los centenares de designaciones, contrataciones y ascensos en la mayoría de los organismos del Estado. A lo que se añaden la elección de autoridades en el Concejo Deliberante, la ratificación sin consenso de las autoridades del actual oficialismo en la Cámara de Diputados y en el Senado de la Provincia.
El oficialismo se quedó solo en la Cámara de Diputados al momento de la elección de autoridades. El oficialista Luis Mendaña mocionó los nombres para ocupar los cargos de presidente, vicepresidente primero y vicepresidente segundo: Manuel Santiago Godoy, Esteban Amat Lacroix y Armando Leguizamón. La moción fue puesta a consideración y aprobada sólo por los legisladores del oficialismo y de los para oficialistas monobloques Independiente, Confluencia Argentina y Victoria Popular.
El diputado Marcelo Lara Gros (Partido Renovador) pidió un cuarto intermedio para analizar la moción de Mendaña, argumentando la existencia de razones oscuras en la designación de estas autoridades. Tras lo cual la mayoría de los legisladores de los bloques Renovador de Salta, Frente Para la Victoria y Unión Cívica Radical abandonó el recinto.
Victimización oficialista
El diputado oficialista Pedro Sández dijo que su sector tenía mayoría en la Cámara baja. El diputado Pablo López (Partido Obrero) rechazó la moción del oficialismo e indicó que se trataba de un nuevo atropello a las libertades democráticas de la ciudadanía salteña, incluyendo la designación de Gustavo Ferraris como Juez de Corte de la Provincia. Los legisladores del Partido Obrero también se retiraron del recinto. La diputada Virginia Dieguez (Partido Renovador) expresó que la sociedad había dado un claro mensaje en los comicios del 28 de octubre pasado y que era necesario que esto sea interpretando por este Cuerpo.
Puesto en el papel de víctima, el oficialismo habló por boca de Santiago Godoy: los justicialistas hemos escuchado todos los agravios que nos hicieron los demás legisladores y respetamos su posición. En este Cuerpo Legislativo se ha consagrado lo que la comunidad ha manifestado en las urnas el 28 de octubre que es que el Justicialismo sea mayoría en los Cuerpos Legislativos. Los diputados cuidaremos y garantizaremos la gobernabilidad de la provincia.
A menos de un mes de las elecciones, en Salta el oficialismo ha tensado demasiado la cuerda. Humilla a la sociedad que la ambición desmedida de una persona y de su grupo se coloque por encima de las reglas de juego democrático y se erija en una amenaza no sólo del nuevo gobierno sino de la convivencia social. El oficialismo no quiere enterarse que Salta alcanzó su mayoría de edad y que hace años esta no es una sociedad de temerosos súbditos sino de ciudadanos.