
As un mes de las elecciones generales del 28 de octubre, quiero recordarles mi candidatura a concejal en primer término {sidebar id=9}en el Municipio de la Capital, por la Concertación Salteña Unión Cívica Radical (UCR) Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Lista número 302.
El Movimiento de Integración y Desarrollo decidió hace más de un año apoyar la candidatura presidencial de Roberto Lavagna; luego hizo lo propio la UCR. Por esa razón ambos partidos estamos sosteniendo, además, las candidaturas a Gobernador y Vicegobernador de Alberto L. Espeche y Fernando de San Román, y de Eduardo Antonelli para intendente de la ciudad capital de la Provincia.
De aquel viejo tronco común nos ha quedado una profunda convicción republicana y democrática. Sin embargo, nuestras distintas identidades, perspectivas y metodologías no entorpecen esa unión sino que la potencian: la unidad de acción política es más valiosa cuando se construye desde la diversidad.
En Salta, la gente me conoce sobre todo por mi actividad profesional y docente de largos años. No obstante, muchos desconocen que tengo más años de militancia política desde que, en 1971, siendo estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires, adherí al ideario desarrollista que nunca dejé de pregonar.
Curiosamente, el hecho de militar en un partido chico de algún modo me hace cara nueva en la política lugareña; y, como siempre viví de mi trabajo, ahora -con mis hijos grandes y felizmente encaminados en la vida- me puedo dar el gusto de redoblar esfuerzos para servir a la sociedad a la que pertenezco y me dio todo.
Subrayo mi pertenencia al formidable legado de Arturo Frondizi. A cuatro décadas de su absurdo derrocamiento, por cierto la realidad mundial es distinta, pero no es menos cierto que su amor por la Patria, vocación por la unidad nacional y decencia de vida, es una excelente carta de presentación que procuramos exhibir sus herederos políticos. Lo propio podría decir de Rogelio Frigerio, a un año de su muerte.
Les resumo en breves y esenciales consignas, mi conducta personal y política: defensa irrestricta de la vida, infatigable promoción de los valores trascendentes de la persona humana, total compromiso con la legalidad y el Bien Común desde la perspectiva del desarrollo integral.
En caso de ser electo concejal, esas máximas, inter alia, orientarán mi trabajo en la siguiente dirección: 1º Atención preferencial de pobres y excluidos, que se hacinan en las villas marginadas; 2º Planificación de la ciudad para 50 años, en donde se privilegie y respete el espacio público; 3º Control estricto de la gestión del Ejecutivo Municipal, para que la política no sea la continuación de los negocios por otros medios; 4º Educar en responsabilidad y solidaridad y sancionar al incumplidor; 5º Apertura sincera a la participación de la sociedad civil.
Pido disculpas por no enviar a cada uno, individualmente, este correo electrónico; lo justifico en el apuro (y en la ferocidad del aparato publicitario de nuestros principales contrincantes, que lo deglute todo). Si ustedes consideran que el mensaje puede interesar a quienes apuestan por un verdadero cambio, por la construcción de un futuro salteño de unidad, responsabilidad, esfuerzo y transparencia, les estaría muy agradecido que lo circulen como mejor lo crean conveniente.
Dirijo esta carta a personas con las que -por distintos motivos- tuve, tengo (y seguiré teniendo, espero) un trato de amistad, consideración y respeto especiales. Así, Invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia, reciban un cordial saludo y agradecimiento anticipado junto con mi invariable afecto.