Expertos critican la exhibición con fines turísticos de los 'Niños del Llullaillaco'

La Escuela de Antropología de la Universidad Nacional de Salta criticó la exhibición de uno de los tres cuerpos de los llamados “Niños del Llullaillaco”, momias de cinco siglos de antigüedad encontradas por un equipo dirigido por el arqueólogo Johan Reinhard, en el mes de marzo del año 1999, en la cima del volcán Llullaillaco, a 6.739 metros sobre el nivel del mar. El cuerpo “La Doncella,” el primero de los tres niños sacrificados como una ofrenda a los dioses incas, comenzó a exponerse en ese Museo el pasado miércoles 5 de septiembre. La Doncella, uno de los cuerpos hallados en el Llullaillaco y que son exhibidos en un museo de SaltaLlamó la atención que en el acto de presentación de “La Doncella” no participaran, y tampoco fueran mencionados los científicos que hicieron el hallazgo y estudiaron las momias: Johan Reinhard, Constanza Ceruti, Ruth Salas, los estudiantes Rudy Perea, Orlando Jaen (peruanos), Antonio Mercado (Argentino) y los hermanos Arcadio e Ignacio Mamaní, ayudantes del equipo que encontró estos cuerpos congelados.

En un comunicado de prensa, la Escuela de Antropología de la Universidad Nacional de Salta se dirige “a la comunidad educativa y a la sociedad en general, a los fines de llamar a la reflexión y difundir su posicionamiento respecto a la exhibición de los cuerpos humanos extraídos del volcán Lullaillaco”, dice la nota cuyo texto es que sigue.

Leyes incumplidas


“En el año 2000 esta Escuela se expidió, respecto a la exhumación realizada, señalando que la misma constituye una violación a la dignidad y derechos de los pueblos originarios reconocidos por el Estado en la Constitución Nacional, Provincial y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Asimismo manifestó que el mal llamado "rescate" arqueológico se transforma en un delito en la medida en que se efectuó sobre el incumplimiento de la ley 6649/91 de Patrimonio Cultural de la provincia.

Recientemente el Gobierno Provincial difundió ampliamente la apertura de la exhibición al público de los cuerpos de las momias de Llullaillaco, convirtiendo el supuesto hecho científico y educativo en un espectáculo con fines turísticos. Ante esta nueva aberración, que corona una sucesión de hechos ilegales, la escuela considera necesario educar y sensibilizar acerca de la práctica de exhibir restos humanos”.

Exhibición y profanación


El especialista argentino, doctor Luis Massa, autor de una rigurosa y fundamentada crítica de esta exhibición de estas momias, “las mejor conservadas que se conocen hasta el presente tal cual lo confirmó el Congreso Internacional de Momias realizado en Oslo en el 2002”. El texto de Massa, ignorado por los medios oficialistas locales, fue publicado en Iruya.com en marzo pasado.

Massa señala que: “Un parámetro de diagnóstico cultural es considerar el trato que un pueblo le otorga a sus muertos. Cada comunidad mantiene una serie de normas que componen su propio rito funerario, siendo carácter de los especialistas (antropólogos, arqueólogos, sociólogos, filósofos, psicólogos y demás) el debate técnico y las cuestiones teóricas, pero más allá de la cuestión epistemológica, es responsabilidad de cada pueblo el saber entender y respetar las diferencias y necesidades del “otro” al respecto”.

Según Massa, frente a esto no hay que colocarse en una posición de superioridad y, menos, “intentar sacar provecho material violando principios y costumbres, profanando y exponiendo a sus muertos”.
Cuestión ética

Massa mencionó declaraciones de Américo Castilla, director nacional de Patrimonio y Museos que recordó que "Hoy no está considerado ético exhibir restos humanos. Los museos ya no deben ser sitios en donde se exhiben trofeos, como hasta hace algunas décadas. Mostrar las momias del Llullaillaco como si fueran objetos, en todo caso tiene más que ver con una visión mercantilista y de espectáculo, que científica" (Halperín).

Castilla ratificó esta afirmación en su artículo “Criterios sobre la exhibición de restos humanos en museos”, que finaliza invitando a “a los científicos y técnicos con responsabilidad en el ámbito del patrimonio cultural, a extremar su empeño por respetar el cumplimiento de las normas legales así como las disposiciones éticas recomendadas por las entidades profesionales.

De Constanza Ceruti


La primera descripción de la ahora llamada “La Doncella”, encontrada por el excavador Arcadio Mamaní, es la que hizo la doctora Constanza Ceruti. “Se encuentra en posición de decúbito dorsal, con flexión de caderas y tronco semi-flexionado hacia delante. Presenta los miembros inferiores semiflectados, con muslos aducidos y piernas cruzadas. Los miembros superiores, con flexión parcial de codos, descansan sobre el abdomen.

Manos en posición intermedia, con dedos en semiflexión y parcialmente superpuestas entre sí. La cabeza recostada sobre el pecho, se observa inclinada ligeramente hacia delante y hacia la derecha, con los párpados y la boca cerrados. En el rostro presenta pigmentos corporales rojizos aplicados sobre los pómulos y manchas del mismo color alrededor de los labios. Debajo de la nariz se observan diminutos fragmentos de hojas de coca.

Lleva el cabello peinado con numerosas trenzas pequeñas y acompañan su ajuar un tocado de pluma blanca como adorno cefálico. Viste un vestido (acsu) color café sostenido por una faja policroma enrollada alrededor de la cintura. Lleva puesto sobre los hombros un manto o Lliclla en tono grisáceo sostenido por un tupu de metal.

Sobre el hombro derecho, pendiendo sobre el vestido, ostenta un interesante conjunto de colgantes de hueso y de metal como adorno. Calza mocasines sobre los pies desnudos. Un textil de tonalidad arena y ribeteado a colores constituye el envoltorio externo del fardo, que se complementa con otro textil de color semejante que cubre la cabeza y parte superior del cuerpo”, describe Ceruti.

Cerrado durante el Milagro


El secretario de Turismo de la Provincia de Salta, Bernardo Racedo Aragón, dijo que se había cometido “un error al cerrar el Museo de Arqueología de Alta Montaña, durante el fin de semana que coincidió con el Triduo de las Fiestas del Milagro”. El gobierno de la Provincia nunca ocultó su intención de explotar comercialmente a estas momias congeladas.

El funcionario aclaró que no estuvo de acuerdo con este cierre y admitió que hay otros errores que se cometen y que deben ser corregidos “para evitar perjuicios al turismo”. El Museo de Alta Montaña permaneció cerrado desde la tarde del jueves 13 de septiembre hasta el domingo 15, por “tareas de desinfección”, según se explicó.

El director del Museo, Gabriel Miremont, justificó la medida al señalar que la afluencia de turistas y fieles colapsaría las instalaciones, que a su vez “serían utilizadas como un gran baño público”. Una semana antes el gobierno concretó la exhibición de “La Doncella” luego de terminada la instalación de los sistemas de “criopreservación”, que mantendrán esos cuerpos a una temperatura inferior a veinte grados bajo cero.

Los avisos publicitarios del gobierno dijeron que “el mundo” ya podía “admirar a “La Doncella” inca, cuya edad se estima entre los once y los diez y seis años cuando fue sacrificada. Desde que las momias fueron encontradas por Reinhard y Contanza Ceruti, los medios de comunicación del gobierno se negaron a incluir las opiniones críticas hacia el tratamiento dado al tema de las momias por los funcionarios. Un sector de los llamados indigenistas, que son funcionarios del gobierno, aprueba esta iniciativa, en tanto que la mayoría de los expertos y organizaciones de este tipo, insiste en hacer severas críticas.