Hoy el Congreso del Partido Justicialista de Salta se limitará a convalidar candidaturas nacionales

El Congreso Provincial del Partido Justicialista de Salta que se reúne hoy en el Hotel Termas de Rosario de la Frontera se limitará a convalidar la lista de candidatos elaborada por el gobernador de la Provincia y presidente de ese partido, Juan Carlos Romero. Como sucede desde hace años, el Congreso del PJ avalará, sin discusión, los nombres de sus candidatos a ocupar bancas en el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación. Ciento catorce congresales están habilitados para participar en la reunión. Juan Carlos Romero, candidato a senador nacionalEl Congreso formalizará el apoyo a la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kichner, sin esperar que lo haga el PJ nacional, sobre el que pesa una intervención judicial. Con este paso el PJ de Salta deja de lado ese requisito, que había señalado como condición necesaria para adherir esa candidatura. El nombre de Cristina Kirchner figurará en las boletas electorales del Frente para la Victoria – Partido Renovador de Salta y en las del Partido Justicialista, enfrentados en el plano local.

Aunque el oficialismo dice que las listas son el resultado del consenso interno, lo cierto es que la totalidad de las candidaturas fueron decididas por el gobernador Romero, que será candidato a senador nacional en primer término. De este modo, después de trece años, volverá a ocupar una banca en el Senado. Romero decidió que el segundo lugar en la boleta sea ocupado por actual senadora nacional Sonia Escudero, abogada de confianza del gobernador. Escudero dijo que no levantó la mano, y tampoco lo hará automáticamente en los próximos años, para votar iniciativas del kirchnerismo.

Candidatos del aparato

Los candidatos a diputados nacionales serán Marcelo López Arias, quien desde hace 18 años ocupa cargos legislativos; Beatriz Daher, dirigente del Departamento de Orán que se postula a la reelección, pese a su irrelevante desempeño parlamentario y Rubén Fortuny, actual director del Instituto Provincial de la Vivienda. El hecho que ninguno de los candidatos pertenezca al sector que lidera Walter Wayar y que éste no fuera consultado al momento de confeccionar estas listas, añade otro factor de debilidad a su candidatura y eventual gobernación.

No sería la primera vez que un gobernador de Salta tuviera que buscar apoyo en los legisladores nacionales de la oposición local para neutralizar la indiferencia de los senadores y diputados de su propio partido. Wayar tampoco cuenta con legisladores provinciales que sean de su sector interno: la mayoría responden a Romero que, de ese modo, se asegura poder condicionar a su posible sucesor.

No trascendieron los nombres de los candidatos suplentes a legisladores. Las versiones de una posible inclusión de la esposa del gobernador Romero como candidata a senadora nacional suplente en primer término, no fueron confirmadas ni tampoco desmentidas. Entre los nombres a incluir en las listas circuló el de Ramón Rosa Corregidor, secretario de la Cámara de Diputados de la Provincia.

No se discute: se acata

Aunque el oficialismo, de puertas afuera, hace esfuerzos por convencer a los demás que el Congreso de hoy será deliberativo y de su libre decisión surgirán esas candidaturas, dirigentes del partido gobernante se encargaron de decir lo contrario. Todo parece que está atado y bien atado. No hay margen para sorpresas. Hace meses, Romero adoptó esa decisión que, hace semanas, tomó estado público.

“Está definido. La lista será López Arias, Beatriz Daher y Rubén Fortuny”, repitió en entrevistas periodísticas el presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Santiago Godoy. Como si fuera necesario reafirmarlo Godoy añadió: “está absolutamente definido”. Aunque el propio Godoy admitió que el tema será “conversado” con los congresales en Rosario de la Frontera hoy jueves. “Vamos a tener un congreso abierto al público y a los medios”, dijo Godoy, con lo que trató de dar imagen de transparencia.

“A mi me encantaría que las deliberaciones del Congreso fueran trasmitidas en directo. Porque vamos a discutir de política, vamos a dar el apoyo a la candidatura presidencial de Cristina Kirchner y vamos a escuchar un muy buen discurso de Romero en la despedida del Congreso, seguramente como gobernador”, añadió el dirigente.

Tragos amargos y necesarios

Para la mayoría de los dirigentes del oficialismo, comenzando por el propio Romero, la consagración de Cristina Kirchner como candidata es un mal trago y una imposición de la realidad política antes que expresión de una convicción y, menos todavía, de una adhesión entusiasta. El Congreso también ratificará como presidente del cuerpo a Jorge Nelson Montoya, que retiene ese cargo con carácter semi vitalicio.

Romero colgará el nombre de la esposa del presidente Kirchner para no perder votos en manos de Juan Manuel Urtubey y quedar a las puertas de la temida posibilidad de volver al Senado elegido por la minoría. A su vez, el matrimonio Kirchner admite una sociedad de conveniencia con Romero porque la noche del domingo 28 de octubre quiere mostrar distritos con apoyos superiores al 55% o al 60% de los votos. Unos y otros “se tapan la nariz”.

Según otros, esas definiciones absolutas y esa obediente unanimidad de lo decidido por Romero no es tal. El semanario “Redacción” dice que, por primera vez en doce años, “decenas de congresales pusieron en duda la palabra de Romero y su autoridad para resolver las candidaturas nacionales. Como nunca antes, la orden del presidente del PJ generó tanta bronca y evidenció tanto rechazo”.

Con más canas y dinero

En el antiguo Hotel Termas de Rosario de la Frontera, escenario de la “Niña Santa”, el filme de Lucrecia Martel, los congresales del oficialismo convalidarán a un puñado de dirigentes del aparato partidario los que, en su mayoría están en cargos ejecutivos o electivos desde 1983. Los que tienen menos años ejerciendo cargos, acumulan quince años en ellos. Los que fueron jóvenes peinan canas y los que fueron revolucionarios son ahora parte de una nueva oligarquía adinerada y satisfecha. "Tienen más canas, menos ideas y principios y más dinero", dicen los quejosos de siempre.

No hace falta recurrir a las críticas de la dañina oposición para demostrar esto. Basta un calendario y una media docena de carpetas con currículum. Aunque más fuerza que todo esto tienen las recientes declaraciones de Rubén Fortuny, que comenzó siendo joven su carrera como funcionario de Romero. Fortuny dice que “muchos congresales ven como negativo que un dirigente permanezca veinte años en una banca en el Congreso”, en alusión a López Arias.

Fortuny fue más allá. “Siempre recuerdo una anécdota: cuando yo era chico había en la pared de la casa de mi madre un cartel que decía: Marcelo López Arias diputado nacional. Eso fue hace 17 años y hoy hay pintadas con esa misma leyenda”, relató. A eso le llaman experiencia, ironizó Fortuny. Más que los congresales del oficialismo, la mayoría de los ciudadanos tiene la sensación de que aquí el tiempo no transcurre y que la política en Salta tiene la inmovilidad de un lago.

La doctrina en el ropero

Con los años el justicialismo se ha transformado en una máquina de acumular poder y riqueza. Es decir, en una oligarquía en sentido estricto. La llamada doctrina justicialista es material para un recitado de consignas que nada tienen que ver con la realidad. Proclamar la justicia social y el combate al capitalismo suena del mismo modo que sonaban las menciones a la igualdad y al proletariado en los regímenes comunistas en los que el marxismo se había convertido “en letanía, en recitado desprovisto de sentido, en sonoridades desprovistas de significación”. Los “aparachiki” (burócratas) soviéticos y los oficialistas locales se parecen como dos gotas de agua.

Cuando un dirigente asoma la cabeza más allá de la línea de exclusión dibujada por la cúpula oficialista, se alza un implacable dedo índice: “Fortuny es muy buen candidato, pero para otra época”, dice Godoy, arrebatándole así la opinión a los ciudadanos que deben ser quienes decidan a quien elegir. “Urtubey debe esperar. No es aún su tiempo. Es demasiado joven”, dijeron. Pero cuando Romero dijo que su ministro de Hacienda, Javier David, fuera candidato a vicegobernador el argumento cambió: “David es un joven con capacidad”.

No negociable, aunque no tanto

A comienzos de año, cuando aún no estaban definidas las candidaturas a gobernador y vicegobernador del PJ de Salta, López Arias lanzó la suya a la gobernación. “Mi candidatura no se negocia. O soy gobernador o me voy a mi casa. No estoy dispuesto a ser segundo de nadie”, amenazó. Poco después, resignó esa postulación, se alejó de Urtubey y reafirmó su disciplina oficialista. La semana pasada López Arias dijo: “Yo no juego la cabeza para ligar algún premio”.

Recordó que cuando anunció la candidatura a gobernador, lo hizo sin ningún tipo de negociación personal, por eso “me bajé de la candidatura porque creí que había que privilegiar el espíritu de unidad del justicialismo”. Según López Arias volvió al ruedo porque, tanto Romero como Wayar “consideraron útil que encabezara la lista de candidatos a diputados nacionales para poder trabajar en equipo. Les dije que, si bien yo no tenía aspiraciones personales, estaba dispuesto a asumir el desafió”. Añadió: “Yo no estoy desesperado por un cargo ni mucho menos. No ando persiguiendo congresales ni no estoy hablando con nadie”.

Somos pocos, nos conocemos mucho

Rubén Fortuny calificó como “dirigentes del pasado” a algunos del PJ de Salta, entre ellos a Santiago Godoy. “Son dirigentes de otra época que no se adaptan a la historia y a los nuevos tiempos. Ir a apretar o patotear congresales no es lo que el justicialismo quiere. La ventaja de una Provincia como la nuestra es que no somos tantos y nos conocemos todos. Sabemos quien es quien y cómo se comporta cada uno”, señaló.

Después de nosotros: el vacío

En su discurso de cierre del Congreso, Romero reiterará que su gobierno hizo la mayor transformación en la historia de Salta, dirá que entregará una Provincia ordenada, modernizada y con dinero en caja y volverá a advertir que si triunfa la oposición, la Provincia se expone a “un salto al vacío. Los salteños, que ya conocen lo que son las malas gestiones, no van a incurrir en ese error".

Romero negó tener acuerdos personales con Kirchner. Lo que hay, dijo, es un compromiso del presidente de la Nación de “garantizar el respeto a la autonomía de la provincia. Kirchner respeta a Salta. Cosa que está haciendo. Es obvio que vamos a apoyar a quien resulte candidato del PJ nacional. No hemos entrado en ninguna aventura por fuera del Partido Justicialista", dijo.

El gobernador no aclaró si entre esas "aventuras" está la iniciativa opositora a Kirchner que, públicamente, lideran de sus amigos Jorge Sobisch y Ramón Puerta y a la que el propio Romero adhiere, aunque de manera solapada.