¿Dónde está enterrado Federico?

Entre 1933 y 1934 Federico García Lorca pasó unos seis meses en Buenos Aires y Montevideo. Lorca dirigió allí Bodas de Sangre, Mariana Pineda, la Zapatera Prodigiosa y otras obras. Abrumado por el éxito y su fama entre el público bonaerense, consta en los archivos una carta en la que escribe: “Buenos Aires tiene tres millones de habitantes pero tantas, tantas fotografías han salido en estos grandes diarios que soy popular y me conocen por las calles”. Federico García LorcaUno de los periodistas que le fotografiaba allá donde fuera, le seguía a diario con el fin de entrevistarle.  Federico, que vivía medio escondido, no logró evitar que finalmente el periodista le encontrara. Cuentan(1) que el diálogo entre ambos fue este:

“- ¡Por favor…! No me pida usted que cante.
- No, señor.
- No me pida que recite.
- No, señor.
- No me pida que toque el piano
- No, señor.
- No me pida que le lea los dos actos que creo que he terminado de mi nuevo drama Yerma.
- No, señor.
- Ni un trocito de mi camiseta de marinero.
- No, señor.
- Y sobre todo, ¡por lo que más quiera!, no me pida que le escriba un pensamiento…”

Tras 51 días de búsqueda y excavaciones los arqueólogos han hecho oficial que los restos de Federico García Lorca no están dónde todos esperaban, en ese paraje verde y con árboles que fue erigido como monumento a su figura e historia. Federico se ha “escondido” de nuevo; quizás, tantos años después, sigue sin querer que le encontremos.

En la madrugada del 18 de agosto de 1936 García Lorca fue fusilado junto a un olivo en la carretera que une los pueblos de Víznar y Alfacar, en Granada. Moría, como tantos otros compatriotas, en aquella lucha fraticida: la guerra civil española.

Durante más de setenta años testimonios populares, relatos, historiadores y la propia familia del poeta han sostenido que allí fue fusilado y enterrado: fusilado no se sabe, enterrado se ha descartado. Ahora, aseguran, se abren dos únicas posibilidades: que sí fuera sepultado allí pero luego hubiera sido trasladado o que nunca hubiera estado a pesar de que aquel lugar ha sido visitado como su tumba durante años. La historia de Garcia Lorca, se reescribe de nuevo.

Juan Gallo, Comisario de la Memoria Histórica de Andalucía, declaraba esta semana que “no se trata de llenar Granada de agujeros”. Es decir, de momento los responsables de la investigación descartan abrir nuevas fosas cerca del parque de Alfacar, el lugar donde buscaban. Ahora sería necesario que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica aportara documentación que acredite que los restos de las personas que fueron fusilados junto al poeta, (el maestro Galindo, los banderilleros Galadí y Arcollas, el inspector de tributos Roldán y el restaurador Cobo), pueden estar en otros lugares para iniciar una nueva búsqueda.
Durante todos estos años todos los datos conducían a buscar a Lorca en ese parque. Ahora se pone en cuestión la hipótesis que han sostenido tanto los historiadores Penón e Ian Gibson como la propia familia de Federico García Lorca. Todos, basándose en el testimonio de Manuel Castilla, el supuesto enterrador, que señaló un olivo como el lugar dónde yacía Lorca, han creído y difundido que allí había sido enterrado.

Recientemente ha sido publicado un nuevo libro sobre la historia de García Lorca; se titula “Lorca, el último paseo”(2) y su autor es el investigador Gabriel Pozo. Pozo sostiene, entre otras nuevas y sorprendentes revelaciones, que el enterrador habría confesado no estar presente en realidad el día del fusilamiento y haber señalado aquel lugar porque no se le ocurrió otro. Ahora los trabajos arqueológicos le dan la razón en todo.

El libro también aborda muchas de las preguntas que durante años no han obtenido respuestas. Se explican los detalles y circunstancias que pusieron en marcha la tragedia que acabó con Lorca. Ramón Ruiz Alonso, de una agrupación de partidos de derecha (CEDA) y falangistas enfrentados a ella, ambos en pugna por hacerse con el control político en Granada, habrían acabado matando a García Lorca cuando en principio, y según el autor, sólo pretendían “darle un escarmiento”. Federico García Lorca, dicen, era el secretario del líder socialista Fernando de los Ríos; era a él a quien buscaban, no al poeta.

Más de 70 años después la historia de Federico García Lorca se está reescribiendo de nuevo. Ahora tan sólo se ha cerrado un capítulo al no encontrar donde se suponían, sus restos. Los próximos están por ser descubiertos, veremos cuándo y como acaba esta historia.


(1) Extracto del relato presentado en la biografía de García Lorca en la página web de la Fundación García Lorca.

(2) “Lorca, el último paseo”; autor Gabriel Pozo (Editorial Almed)