Un año después, estrenamos gobierno

No sabría bien si calificarlo de “fracaso”, “recomposición” o de “reestructuración” en toda regla, lo único evidente es que apenas un año después de su segundo triunfo electoral, el Presidente español José Luis Rodriguez Zapatero se ha visto obligado a tapar la crisis – la económica y la de su gobierno – con un “torniquete” de nuevos cargos ministeriales. Nuevos ministros del gobierno españolLa cosa empezó mal, quiero decir, con filtraciones a la prensa. Antes que el nuevo gobierno pudiera ser presentado y coincidiendo con la primera reunión bilateral entre Zapatero y el presidente Obama, algún “listo” tuvo la feliz idea de filtrar los cambios. Digo “listo” por no decir “enemigo” de Zapatero; casi arruinan la efectividad y el brillo, tanto de la reunión con el presidente norteamericano como de los nombramientos.

Dos días después, ya en la presentación oficial, Zapatero justificó los mismos por una necesidad de “cambio de ritmo” y de “nuevo impulso” al gobierno. Si de verdad estos han sido los motivos, no me queda más que añadir “ya era hora, bienvenidos sean”. Era más que evidente que el gobierno andaba confuso, aturdido y demasiado lánguido especialmente ante la crisis económica. Veremos si los nuevos titulares son capaces de “bailar” mejor ante las duras circunstancias que nos tocan.

A pesar de la crisis y la supuesta austeridad que deberían observar gobiernos y todo tipo de instituciones públicas, Zapatero aumenta por un lado el cuadro de funcionarios a su cargo con una tercera Vicepresidencia, antes inexistente, y por otro se “autodesigna” ministro de Deportes. “Cosas veredes”… que decimos en Castilla.

En líneas generales podríamos decir que el presidente ha premiado con la mayoría de los nombramientos, fidelidades y adhesiones políticas. Si había algún atisbo de concertación o simulación de “pacto de Estado” para abordar la crisis económica a través de la asignación de personas no pertenecientes al PSOE, este ha quedado ya zanjado.

Manuel Chaves, José Blanco o Trinidad Jimenez, son pesos pesados – políticamente hablando – del Partido Socialista, y no sé si por intentar hacer más fuerte al gobierno a base de un pensamiento partidario y cohesionado, se han visto recompensados con sus correspondientes ministerios.

El cambio estructural más destacado es la tercera Vicepresidencia, de Política Territorial, que no existía hasta la fecha. Su “flamante” titular es Manuel Chaves, una figura proveniente de la época “felipista” que lleva 19 años gobernando la Comunidad Autónoma andaluza. El cargo, en mi opinión, es una suerte de regalo “envenenado” en el que deberá lidiar con la complicada financiación autonómica en plena recesión económica. Me queda una duda: la de si Zapatero confía en Chaves para esta misión o simplemente se lo ha querido “quitar de en medio” en Andalucía donde a fuerza de gobernar tantos años, iba camino de seguir en el “cargo” tanto tiempo como el propio Franco.

El otro gran nombramiento es del de Elena Salgado a cargo de la Vicepresidencia Económica. Releva a un Pedro Solbes agotado, dicen incluso que enfrentado y harto del propio Presidente.

Las reacciones han sido diversas; por un lado nadie niega de la capacidad y eficacia de Salgado que ya ha sido ministra de Sanidad y Administraciones Públicas; por el otro, los expertos dudan de su capacidad para lidiar con la crisis justamente por su falta de currículo profesional en áreas económicas. Confío, por no decir imploro, que no termine siendo una mera ejecutora oficial de las decisiones del presidente y que con esa gestión discreta pero eficaz que la caracteriza, eche imaginación, coraje y muchas ganas al nuevo reto que se le avecina. El país así lo necesita.

¿Reacciones?: múltiples y dispares como no podría ser de otra manera. Desde las del líder de la oposición Mariano Rajoy que interpreta la remodelación gubernamental como un “reconocimiento del fracaso personal de  Zapatero” a las del portavoz del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso que argumentó que “el problema no está en el gobierno, sino en su Presidente”.

¿Rumores y confidencias?: El “calentón” de su Majestad ante el sorpresivo adelanto del cambio de gobierno por culpa de las filtraciones un “Martes Santo”. Casi en el inicio de las vacaciones de Semana Santa, hubo que volver al trajín de la jura de cargos y las fotos oficiales. Presupongo que el salario de Monarca conlleva y suple con creces, estos “inconvenientes”.

¿Los ciudadanos?: yo diría que agotados; tan agotados y con deseos de escapar a algún lado como el Ministro de Economía. No, la nueva ministra no, quiero decir el ministro saliente.