
Podemos hacer planteamientos más o menos acertados para catalogar los conflictos de Irak y Afganistán en un mismo cajón: el del mantenimiento de la paz y la seguridad mundiales. Pero siempre, la gran diferencia entre ambos será el respaldo de la comunidad internacional y el respeto a sus reglas del juego. En Irak la ilegalidad, la inmoralidad y las mentiras fueron la tónica imperante. En Afganistán hay consenso internacional, legitimidad, respeto a la legalidad internacional y un completo respaldo de la ONU.
Afganistán es el epicentro desde donde se puede extender el terrorismo islamista. La permeabilidad de la frontera con Pakistán y la fragilidad institucional de este país islámico determinan el factor de peligrosidad sobre todo por su condición de potencia nuclear. Lo servicios de inteligencia norteamericanos sitúan a Osama Ben Laden en las montañas fronterizas entre Pakistán y Afganistán con una orografía que hace muy difícil el control militar de esas zonas.
La guerra de Afganistán discurre con un gobierno y unas instituciones democráticas incapaces de tomar la dirección de las operaciones, ni de desarrollar unas condiciones internas minimamente confiables. Mientras, los mandos militares desplazados en el país reclaman insistentemente mayores efectivos para poder garantizar el control de la situación y vislumbrar el final de la guerra.
El peso de las operaciones militares lo están llevando Estados Unidos y Gran Bretaña y en menor medida Holanda y Francia. La presencia militar española es de poco más de 700 militares que componen parte de la misión de ISAF Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad , constituida para apoyar a la autoridad de transición del país. El mando de la ISAF fue asumido a partir de 2003 por la OTAN a solicitud de las Naciones Unidas.
Internacionalmente suele subrayarse que frente a las mentiras que fueron propagadas por George Bush y la Casa Blanca y que llevaron a la guerra de Irak, Afganistán es la right war (guerra correcta) pero que para su combate se está empleando la wrong force (fuerza errónea).
Yo también lo creo. Es inútil dar patadas contra un aguijón y matar moscas a cañonazos. El terrorismo precisa de servicios de inteligencia y de unidades operativas pequeñas y muy especializadas. La alternativa pues de una ocupación militar norteamericana con su propio ejército, más una fuerza ISAF compuesta por 71.000 efectivos de 31 países distintos no es la adecuada.
Se requiere de forma urgente mejorar la coordinación de las fuerzas bajo el liderazgo de Naciones Unidas, extremar los cuidados para evitar a toda costa bajas civiles de afganos que viven en medio de un fuego cruzado, implicar a los países fronterizos y ampliar las exigencias a las autoridades afganas.
La semana pasada fuerzas militares norteamericanas que no aceptan mandos que no sean de su país dejaron en un bombardeo, 13 muertos, incluidos niños y mujeres, entre los asistentes a una boda. Por hechos como este, la población y los suicidas talibanes desencadenan su rabia sobre otras fuerzas que están sobre el terreno aunque estas sólo se dediquen a tareas humanitarias. Esta semana les tocó a estos dos jóvenes soldados españoles.
Demasiada sangre. No importa el color ni la nacionalidad de la misma. Así no se puede seguir.