G20: ¡Por fin nos colamos en la fiesta!

La tournée de gestiones, reuniones y demás “zarandajas” que ha realizado Zapatero y su gobierno al completo,  para lograr nuestro famoso hueco en la “fiesta” del próximo G20,  ha sido impresionante. José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno de EspañaLa excesiva insistencia es un arma de doble filo, el exceso de orgullo – y en el extremo opuesto – la falta de dignidad, son características que en el futuro convendría evitar.

- Si nos atenemos a datos objetivos la cosa se presentaba difusa:

Por PIB y otros indicadores cuantificables, de esos que posicionan a un país en el ranking económico mundial, España es respecto del G7 + 1, o sea el G8, un “por los pelos”. Efectivamente, somos la octava economía del mundo pero Italia sigue en el G7 aunque se ha visto superada por nuestras cifras hace tiempo y Rusia es un miembro con peso específico “per se”. Por esta misma razón y respecto del G20,  hace mucho que dejamos de ser emergentes. Resumiendo: Que manejando argumentos estrictos, nuestra presencia en la próxima cumbre no se justificaba en la actualidad ni como miembros de pleno derecho del G8, ni como parte de las economías emergentes. ¿Nos habremos quedado en tierra de nadie?

- Si nos atenemos por el contrario, a datos subjetivos de esos no cuantificables pero que pesan en las decisiones tanto o más que las cifras, la cosa se ponía aún más fea:

En el pasado, el gobierno del señor Aznar no hizo bien sus tareas para impulsar la entrada de España en el G8 y posteriormente el gobierno de Zapatero, mejor dicho, el mismo señor Zapatero, no hizo el menor esfuerzo en tener una relación fluida y sin afrentas con Mr. Bush. No digo, considerando como andamos en gran parte “gracias” a Mr. Bush, que tener una relación fluida con él sea algo agradable, digo solamente que en aquellos momentos era necesario para nuestra posición internacional.

- Respecto de la cumbre en si misma, aunque por fin vayamos, hay varios “sapos” que me cuesta tragar:

No me parece la mejor idea  – a estas alturas –, que el propio Mr. Bush sea el anfitrión. Bastante crisis mundial nos está tocando soportar, como para seguir cargando con su “inestimable” presencia en el panorama internacional.

No considero tampoco que 24 o 48 horas sean el inicio de los esperados nuevos pilares que regirán en el futuro el orden económico internacional. Estas cumbres son la mayoría de las veces lo que son: ¡hola qué tal cómo estas!, fotos para la prensa, trabajo exhaustivo para los traductores, y discursos grandilocuentes regados con micrófonos, agua mineral y algún café. Se van a necesitar más encuentros y sobre todo enormes dosis de intención, compromiso y trabajo,  para recuperar el sistema económico internacional.

Por último, preferiría emprender la tarea de construcción de esos nuevos pilares económicos, de la mano de nuevos grupos, nuevos organismos que no sean los ya tan manidos G7 + 1, G8, G20, FMI… No han sido, a la vista de los resultados, muy eficaces la verdad. Así que sería una buena idea comenzar con nuevos órdenes de clasificación que permitan reuniones más dinámicas, con más contenido y utilidad, y por supuesto, estilos y talantes diferentes que superen ampliamente los antiguos esquemas. Los vamos a necesitar, creanme.

No obstante, si esta cumbre quiere tomar en serio las cuestiones relacionadas con los sistemas financieros rentables pero prudentes, bien equipados ante las adversidades, y deseara sinceramente escuchar ejemplos de controles con garantías que ya han sido ejercidos con éxito por autoridades monetarias como el Banco de España, me parece evidente que nuestra voz se merecía su hueco,  por derecho propio. 

Hasta la fecha, numerosas autoridades económicas internacionales han destacado la fortaleza del sistema financiero español, la prudencia y rentabilidad de sus bancos y la efectividad y seriedad de los controles y exigencias que realiza el Banco de España sobre los “chicos” de las finanzas. Es decir, tenemos cosas y sobre todo, cosas útiles, para explicar allí.

En fin, que con la oposición o ayuda – no sé bien qué ha sido – de Sarkozy, el apoyo de Barroso, de China, América Latina y otras regiones más, e imagino que con un O.K. a regañadientes de Mr. Bush, por fin hemos conseguido “colarnos” en la dichosa fiesta.

Eso si, a mí me va a importar mucho más que las autoridades mundiales adopten en la próxima cumbre, soluciones de peso y de la máxima eficacia, que ver a mi Presidente en la foto oficial del festín con la enseña patria detrás.