Si lo hacen, ninguno de ustedes podrá dudar que estamos ante un momento mundial decisivo y grave. Las consecuencias de los momentos difíciles que atravesamos y vamos a atravesar van a ser de gran calibre para todos. Estamos ante una gran CRISIS MUNDIAL.

Los dirigentes de todo el mundo nos reclaman en estos momentos fe y confianza en las propuestas y decisiones que se están tomando para tratar de atajar la crisis. Nos exigen que creamos en ellos, y que no temamos , que todo volverá a ser igual o mejor ¿Confiamos ya en ellos, o no?
El idioma constituye un instrumento básico para la comunicación entre las personas, y por ello existen convenciones, reconocidas por todos, por las cuales lo que uno expresa es entendido por el otro del mismo modo, con el mismo valor. Si no fuese así, no habría comunicación posible. Y aquí tenemos una primera muestra de la necesidad de que exista la CONFIANZA.
El Diccionario de la Lengua dice que confianza viene de confiar, y que significa esperanza firme que se tiene en alguien o algo. A su vez, confiar es encargar o poner al cuidado de alguien algún negocio u otra cosa, y también depositar en alguien, sin mas seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa. Profundizando en el significado encontramos dos sentimientos recíprocamente entrelazados: entrega de algo nuestro a otro, y ello por la consideración, la buena fe, la buena opinión, en suma el respeto que ese otro nos merece.
Hoy, ayer, la semana pasada , asistimos a una llamada general a la confianza. Todos los dirigentes mundiales nos la demandan. ¿La merecen? ¿Por qué nos la piden explícitamente? Mucho me temo que todos ellos saben perfectamente (aunque no lo reconozcan de viva voz), que sus acciones no han sido las adecuadas y que con sus palabras ya no nos basta. Debía ser de ellos mismos, de quienes se hubieran derivado acciones y comportamientos tales que no hubieran podido suscitar en nosotros ni la menor DESCONFIANZA.
Pero la realidad lamentablemente es muy distinta. Esa CONFIANZA inexcusable en las relaciones de todo tipo, incluidas las comerciales y financieras parece haberse perdido, casi esfumado. El mundo de hoy nos ofrece muchos elementos de fortaleza y a la vez otros muchos de gran debilidad.
Señoras y señores dirigentes, seres humanos que ocupan puestos de relevancia en la política, en la economía, en las finanzas: Son ustedes quienes deben generar confianza, entre nosotros con sus actuaciones, son ustedes quienes deben provocar y mantener nuestra fe. Sólo de esta forma podrán pedirnos a los ciudadanos que les sigamos de forma reflexiva y consciente, y no ciegamente y porque sí.
Existirá confianza, en la economía y en la vida en general, cuando se haya hecho mucho, y dicho y prometido poco. Como dice el refrán: Muchas promesas disminuyen la confianza. Tengan respeto y consideración. Fuimos nosotros quienes les entregamos nuestra confianza y nuestra fe y nos han fallado.
Ahora , ahora ya no nos pidan más cheques en blanco, por favor.