Presupuestos del 2009: Jugando al póquer

Con la situación internacional en la que nos encontramos en cuanto a asuntos económicos se refiere, los problemas intrínsecos de cada país, se van a ver tremendamente agudizados en todo el planeta. El poker del presupuesto argentinoA este  respecto, tengan la seguridad que Argentina no va a ser una excepción. Aunque la inflación se contenga por la bajada del petróleo, el precio de las commodities y el frenazo al consumo… justo esas mismas cosas traerán perjuicios a las cuentas del país, puesto que si se frena el consumo industrias y comercio interno se verán disminuidos, recaudación fiscal de impuestos como el IVA se verá diezmada  y los ingresos por impuestos a las exportaciones de commodities – gran pilar en el que se asienta la economía argentina - se verán enormemente “tocados”.

Así pues, aquí… como en todos lados, la elaboración de unos presupuestos del Estado realistas y preparados para afrontar “tiempos duros” es fundamental. No me parece que este sea el caso de los presupuestos presentados por el Gobierno que se discutirán en próximas semanas.

Voy a destacar sólo algunos aspectos que me parecen preocupantes:

1.- Se profundiza y hace más grave la “inequidad” fiscal del país. Parece ser que la situación que se nos pinta es un gobierno central con el bolsillo rebosante (¿?) y unas provincias ahogadas y con el saldo en números rojos. Pues bien, en el 2009 la cosa se pone aún más negra. De todo el presupuesto del próximo año sólo el 24,8% será destinado a coparticipación.

Aquí hay un tema muy importante que debe ser resaltado: El último pacto fiscal firmado entre la Nación y las provincias establece que el mínimo que debe ser destinado a coparticipación sea del 34%. El 24,8% se queda pues 10 puntos por debajo del mínimo obligado por dicho pacto. ¿Razones?... hasta la fecha no se han dado ninguna oficialmente, aunque si de “rumorear” se tratase a mi se me ocurren bastantes.

Si me viene alguien a indicar que además de la coparticipación (o sea de lo que se gira de forma automática), la Nación realiza transferencias “adicionales”, le diré que es cierto pero que dada la “arbitrariedad” con que estas transferencias se realizan, a mi entender esto más que una ventaja supone un problema añadido, puesto que significa que en tiempos de dificultades muchas provincias y por lo tanto sus habitantes estarán dependiendo de voluntades particulares del gobierno que girarán más en torno a afinidades ideológicas y de voto que en torno a las urgencias y necesidades reales de las personas que habiten en ellas. Serán 15.600 millones de transferencias. Es decir, más gravedad, añadida a la gravedad.

Si consideráramos la “eficacia” en la solución de problemas como una “habilidad” en cualquier gobierno, desde luego la habilidad en mejorar la coparticipación no parece ser el punto fuerte del actual gobierno Kirchner. Desde el año 1994 el país está esperando la sanción de una nueva ley de coparticipación. Pues bien, parece que aquí seguimos…, esperando.

2.- Otro de los puntos que me parece especialmente preocupante de los Presupuestos del 2009 dada la escasez de créditos que se avecina mundialmente, es la “frivolidad” con la que las reservas del BCRA estarán a disposición del gobierno.

 Ya en el año en curso, en este 2008, el presupuesto se amplió mediante un decreto de “necesidad y urgencia” por el cual el gobierno decidió unilateralmente modificar la Carta Orgánica del Banco Central para utilizar reservas a su antojo. Esta “arbitrariedad” se agudiza en el presupuesto del año próximo. Recordemos que las reservas son importantes para “sobrellevar” malos tiempos en un país.

Con dos artículos incluidos en el proyecto del presupuesto para el 2009, el BCRA se convierte en prestamista del gobierno, pero lo hace en un monto más elevado de lo que permite la Carta Orgánica de la Entidad, y por supuesto, no queda claro en qué circunstancias y para qué, ese dinero será manejado libremente por el Gobierno.

3.- No sólo el BCRA se ve afectado por esta dinámica “prestamista”, el Banco Nación también entra en el “casino” del gobierno y deberá prestar fondos al mismo para permitir al Estado financiarse.

Para finalizar y como resumen: En tiempos de crisis está claro que financiarse se pone difícil. El punto fundamental será considerar cómo nos financiamos todos, no sólo algunos, a costa de qué y quienes, y qué haremos, con ese dinero público.

Con menos dinero para manejar y con una situación externa complicada, no creo que convenga repetir comportamientos cuasi “capitalistas extremos”, que parecen más cercanos a la “economía de casino y de jazz” que la Presidenta criticó tanto la semana pasada en Nueva York. En especial porque esta vez, el dinero que se juega en este casino es ciertamente… el de todos los ciudadanos.