Más allá del debate Obama vs McCain

El comienzo de la jornada de ayer, antes del debate de Obama y McCain, fue igual que el de días anteriores: inestabilidad financiera, noticias sobre problemas crediticios y posibles quiebras, indicadores de sistemas en riesgo claro y discusiones urgentes sobre el plan de salvataje de los EEUU. Senadores McCain y ObamaEl multimillonario Warren Buffet ha denominado a la onda expansiva de la crisis actual como un “Pearl Harbour financiero” y no le falta al tipo, - que es bien listo – ni un pelo de razón. La calle está llena de gente preocupada, en EEUU y en decenas de países más. Hay que rescatar esto de las ruinas, si… pero la gente exige nuevos y efectivos sistemas y sobre todo que el plan de rescate no “premie” a los ejecutivos responsables de la catástrofe que harán que de nuevo, la clase media pague los platos que han roto ellos.

McCain en un principio, pensaba suspender la campaña electoral y no acudir al debate con Obama. Me pregunto si la decisión correspondía a una estrategia destinada a conseguir con este golpe de efecto distanciarse de su afín “Jorge” Bush, o por el contrario fue una expresión honesta de preocupación “extrema” por unos debates en torno al plan de rescate que no avanzaban como se esperaba, mientras las mercados del mundo temblaban anhelando una solución.

Al final, más de lo mismo: “Lo mejor que puedo hacer para explicar mi visión del país es acudir al debate", declaró McCain horas antes de su comienzo. Y allí con su traje y su corbata, y su experiencia como veterano de guerra se fue, a mirar a cámara y tratar de dejar a Obama “knock out”.

En mi opinión personal, John McCain intentaba con aquella decisión previa convertirse en parte, en protagonista del plan de socorro económico y en una especie de “salvador” de la nación en un momento crítico. Pero la jugada no le salió como estaba previsto. Por citar alguna noticia, diré que ese mismo día, diarios americanos llevaban en portada noticias tales como que Rick Davis, su jefe de campaña, había cobrado hasta el mes anterior de una de las empresas financieras quebradas. Más de lo mismo ¿no?

Como saben en medio de las negociaciones para llegar a un acuerdo sobre el plan de salvataje financiero, se produjo una “rebelión” republicana comandada por los sectores más conservadores del partido. Muchos rumoreaban que al mando de la misma no había otro que el propio McCain. ¿Razones?, las siguientes:

- Marcar distancias entre el partido del que es candidato y un presidente muy impopular.

- Permitir que los republicanos aparecieran ante los electores americanos como los que se “oponían” a desembolsar 700.000 millones de dólares de los contribuyentes en manos de los banqueros fracasados de Wall Street.

- Dejar a los demócratas del lado de Bush.

- Hacer que McCain apareciera casi “in extremis” como el interlocutor imprescindible para calmar las aguas dentro de su propio partido.

Todo el escenario creado en Washington parecía el apropiado para que McCain, que tiene fama de “rebelde”, pudiera protagonizar una especie de ruptura con Bush y el establishment económico ante el electorado.

Esta “intentona” me parece que fue observada y dinamitada por los propios demócratas que declararon rotundos, que ellos no estaban dispuestos a aprobar el plan del secretario del Tesoro Harry Paulson con un puñadito de votos republicanos y mayoría general de su partido.

En medio de este “tira y afloja” partidario, electoralista e irresponsable a más no poder, muchos pensaban al reanudarse las negociaciones, que como en todos los asuntos extremadamente importantes de cualquier país, el esfuerzo debía ser realmente de todos, es decir, cien por cien de los dos partidos.

McCain abandonó finalmente Washington con destino a Misisipi sin que se hubiera llegado a un acuerdo final en el Congreso americano. El debate televisivo de los dos candidatos presidenciales, es tan sólo uno de los actos de esta extensa “obra de teatro” que parece ser permanentemente la política mundial.