
La señora Fernández no ha hablado del tema en absoluto, y los funcionarios encargados quizás, de trasmitir a la opinión pública sus declaraciones silenciosas, no han hecho otra cosa que escurrir el bulto y echar balones fuera. O sea, más o menos como los economistas neocom ¿no?, esos tan criticados por la propia Presidenta: Genero una bomba tóxica, infecto a ritmo de jazz (o de tango, da igual) y que venga también el papa estado yanqui a solucionarme el problemón.
Seamos francos el problema es propio y habrá que asumirlo a no mucho más tardar. Así debería ser al menos.
Guido Antonini Wilson no ingresó en Argentina en un vuelo comercial.
Guido Antonini Wilson fue liberado por autoridades argentinas y por eso se le califica por parte de la administración ahora como delincuente prófugo
Una maleta fue revisada, dicen que había otras, de esas no se sabe nada algo falla en las aduanas ¿no? Y por supuesto en las zonas libres de filtros aduaneros algo falla también.
Guido Antonini Wilson podría traficar con dinero negro, de acuerdo. Pero hay que aclarar porqué lo hizo a través de un avión rentado por el gobierno y con funcionarios argentinos dentro.
Julio de Vido es el canciller de facto con Venezuela, y Uberti el encargado de las cuestiones de dinero con Caracas. Si alguno, con conocimiento del gobierno o no, se extralimitó y no ha respetado legalidades o mecanismos institucionales varios, debe verificarse, comunicarse públicamente y tomarse todas las medidas oportunas contra el o los responsables
Guido Antonini Wilson habla, dice cosas. Podrán ser ciertas o no, pero las dice él, y no el gobierno de Estados Unidos. No me vale la actitud mantenida hasta la fecha, de conspiraciones varias, ni de interpretar o querer que los demás interpretemos que lo que dice Wilson lo está diciendo en vez de él un perverso Jorge Bush al cual la señora Presidenta pareciera que fuera al único que replicara. No no nos pasemos tanto de listos así porque sí.
El gobierno y por ende la señora Presidenta tenía que haber tomado cartas en el asunto como Dios manda:
1.- Relevando de sus cargos a cualquier funcionario implicado o presuntamente implicado.
2.- Comunicando a la opinión pública que se iniciaba una investigación seria para aclarar lo ocurrido.
3.- Por supuesto tomando el asunto como algo que de verdad concierne al propio país, y en el que por lo tanto, la ley y la justicia tiene campo propio para esclarecerlo y resolverlo con toda la transparencia y firmeza que sea necesaria. Le cueste el puesto al final, a quien le cueste.
En resumen: El silencio ante los problemas de uno no los resuelve, y desde luego, el exceso de verborrea ante los problemas de otros, tampoco logrará ocultar los propios.