
Planteó unas cuantas medidas que como él mismo reconoció, no solucionarán, pero ayudarán y pidió a gobiernos autonómicos y locales que apliquen máxima austeridad en sus propios presupuestos. Esto incluye mesura en cargos públicos y congelación de salarios de los mismos.
El Vicesecretario General del Partido Socialista, José Blanco, aseguró hace días que su partido explicará por toda España la situación real de la economía española. El señor Blanco, número dos del partido, convocará a todos los dirigentes regionales de su formación para buscar coordinación en el mensaje y, de paso reclamar a quienes ocupan responsabilidades públicas que se aprieten el cinturón. El mensaje en definitiva será: con el esfuerzo de todos, con coherencia y rigor, podremos hacer frente a la coyuntura. AMÉN, añadiría yo
El Presidente Zapatero llega al debate parlamentario sobre los Presupuestos del Estado, con una situación de inestabilidad política que no era la que existía en su primera legislatura. ¡Y encima con crisis económica!, la cosa obviamente, se le complica.
Entonces, fue capaz de jugar a varias bandas y lograr acuerdos presupuestarios con fuerzas a su izquierda, a su derecha, y con ciertos nacionalistas. Ahora, unos y otros venden sus apoyos más caros. La situación está más complicada y ellos, buscando su propia jugada, se hacen valer ante la negociación más importante que tendrá lugar en España de aquí a diciembre: los Presupuestos Generales del Estado.
El ministro de Economía, Pedro Solbes, inicia sus contactos en estos días con la intención de que partidos de Cataluña como CIU o ERC le apoyen, a pesar de que por diversos motivos de demandas autonómicas y nacionalistas, estén, en principio en contra, de las nuevas ofertas de financiación. En Cataluña además, Zapatero se encontrará con un problema más peliagudo, su propio partido pero en versión catalanista el PSC (Partido Socialista de Cataluña), quiere hacerse valer incluso aunque eso implique enfrentarse a su hermano mayor, el PSOE. Desde el socialismo se les ha pedido coherencia y que apoyen esta vez unos presupuestos que dicen darán a Cataluña más que en años anteriores.
Si como Zapatero teme, el Gobierno termina teniendo que recurrir al PNV en Euskadi, las cosas se complican aún más, puesto que Ibarretxe, su máximo dirigente, no está precisamente contento con los últimos sucesos sobre su pretendido referéndum de independencia y el cerrojazo a sus pretensiones que le ha asestado de un solo golpe el Tribunal Constitucional.
En definitiva: Un panorama dónde la crisis económica internacional y nacional, los menores apoyos parlamentarios con los que cuenta el Gobierno y diversos actores autonómicos en busca de papel protagonista, exigen un debate en torno a los Presupuestos del Estado para el año 2009, en el que diálogo, entendimiento, prudencia y dosis de sentido común así como de responsabilidad con el país, deberían ser las bazas con las que habría que jugar.