
El Gobierno hoy en día, con pequeños matices, pero sin diferencias en el fondo del asunto, defiende una posición que no es otra que la que han defendido a capa y espada los siete sindicatos que conviven en la empresa, en Aerolíneas.
Si echamos una mirada a la historia, es evidente que el peronismo y los sindicatos han ido de la mano durante más de 40 años. El peronismo puro es también el poder de los sindicatos. Si fijamos ahora la mirada, sólo en el caso de Aerolíneas, podríamos concluir que los sindicatos han tenido, y tienen, el inmenso poder de dirigir la empresa. Eso, es demasiado poder.
Un poder, que a mi juicio, ha impedido al propio Gobierno, Marsans, y no sé -, si hasta al propio Secretario de Transporte, hacer eficaz y rentable una empresa en la que la deuda también se debe al enorme déficit operativo que ocasiona tener a más de 900 pilotos para 26 aviones. Una empresa, que aunque cuenta con el monopolio de las mejores rutas, quita incentivos a otros inversores respecto del propio mercado aeronáutico argentino, ya que ninguno se podría imaginar en condiciones de competir con semejantes circunstancias. Una empresa, que debe luchar a diario contra presiones inaceptables dentro de una economía libre en democracia, y que paga un precio suicida por gente que busca, cueste lo que cueste y a quien le cueste, mantener su poder, sus beneficios y sus propios ingresos materiales.
Estos gremios, todos o algunos, son los mismos que para conseguir la reestatización anunciaron hace días un plan que incluía acciones de boicot a todas las empresas aéreas con capital español que tuvieran intereses o negocios en Argentina. Que también cuestionaron la propuesta presentada por la Oposición para crear una nueva línea aérea como solución al problema de Aerolíneas Argentinas, puesto que no estaban seguros que se les garantizara la continuidad de todos los actuales empleados.
Pues bien, estos son los mismos que festejarán el próximo día ocho, con un recital gratuito en el Luna Park de Buenos Aires, la reestatización de Aerolíneas Argentinas. Su organización está a cargo de estos gremios aeronáuticos, y por supuesto se concretará, sólo si el Senado le da el sí definitivo al proyecto del Gobierno.
Me hago dos reflexiones para concluir. La primera es, si está la cosa para celebraciones. Creo que no, sinceramente. La segunda es, si el recital, en caso de concretarse, celebrará la reestatización de la Aerolíneas, o simplemente la ultra gremialización de la Compañía. Convendría que los sufridos contribuyentes argentinos, se hicieran también estas preguntas.