Al grito de Olavarría: Cuidado que la cuerda se puede romper

El campo -uso ese nombre porque así se denomina popularmente allá -  retoma sus asambleas y estados de “alerta”. En la sede de la Sociedad Rural de Olavarria, tendrá lugar hoy mismo, 23 de agosto, la Asamblea Nacional Agropecuaria. Eduardo Buzzi, dirigente de la Federación AgrariaDebatirán, ya lo sabemos, qué nuevas o repetidas medidas tomar,  a tenor del estado de “parálisis casi absoluta” (eso lo digo yo, en plan personal), en que se encuentra este interminable, indestrabable y agotador conflicto.

Algunas medidas, - como el envío de 6 millones de pesos para las provincias más afectadas por la sequía – si es cierto que se han tomado, pero obviamente, digo “obviamente” porque me parece más que evidente, el problema de fondo, la “sustancia” del asunto permanece inalterada.

Y ¿cuál es la sustancia del asunto para mi?... Para mi el meollo del tema es la no existencia de una política agraria con “pies y cabeza”, lógica, ordenada, estable, con miras de futuro, eficaz, generadora de orden, riqueza para todos, y desarrollo sostenido. Para mí, el meollo del tema es también, la existencia de una política fiscal arbitraria, excesivamente recaudadora, injusta, no equitativa, inútil a casi todos los efectos, que dejará a los ricos tan ricos y a los pobres tan pobres, y que a la larga, nos va a traer grandes disgustos.

La sustancia para mí, no es que De Angeli deba presentarse a las próximas elecciones o fundar un partido político para efectuar “tal o cual” reclamo, no es tampoco que se sea de antecedentes “hipotéticamente” golpistas o no, que se usen cacerolas o sartenes, o que a tenor de la “agitación” y el “oportunismo” una sarta de políticos nacionales (los nombres me dan igual) se suban al carro del “grito de Olavarría”, esperando réditos electorales para su futuro particular.

La sustancia también debería ser (al menos para mí), que igual que ayer, en la localidad bonaerense de 9 de Julio, donde se reunieron entidades agrarias, a las palabras de Eduardo Buzzi: “La paciencia de los productores tiene un límite”, se le contestara de una “santa vez”, de forma fría, ecuánime, sin insultos, sin calificativos ideológicos y con un paquete de medidas debajo del brazo, todas ellas bien elaboradas, plausibles y con posibilidades de solucionar problemas…, lo siguiente:

Señor Buzzi: La paciencia de un país, la de sus ciudadanos, tiene un límite también. No se le olvide tampoco a usted.