El avance del euro

El euro se consolida como moneda alternativa de reserva y amenaza la hegemonía del dólar. El 7 de mayo se cumple el décimo aniversario de la decisión de su creación. Al cumplir su primera década, ha aumentado su participación en las reservas mundiales alcanzando ya el 26 % frente al 18 % que tenía cuando se creó. Los bonos denominados en euros representan ya el 49 % del mercado mundial. La mayor disciplina de la política económica europea y una actitud menos beligerante en la política exterior, están detrás del aumento del prestigio del euro. Reproducción de un billete de cien eurosUna moneda, decía Hegel, “es la abstracción de una abstracción”. En primer lugar, representa el valor abstracto de los bienes que se intercambian en el mercado. Pero también tiene otro valor abstracto emanado del grado de confianza en la economía de un país. Cuanta mayor confianza se tenga en los fundamentos económicos de un Estado, mayor será el valor de su moneda.

Actualmente la zona euro está integrada por 15 países con una población de 320 millones de personas. En enero de 1999 , cuando la nueva moneda comenzó a ser utilizada por los bancos centrales (las monedas y billetes recién comenzaron a circular en el 2002), integraban la zona euro 11 países (Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal). Luego se sumaron Eslovenia, Chipre y Malta.

En sus comienzos, en parte debido a las dudas sembradas por algunos académicos de economía norteamericanos, se produjo una caída del euro que llegó al 25 % del valor del dólar. Pero a partir del caso Enron-Andersen, en el 2002, fue el dólar el que inició una bajada espectacular que ha llevado a que actualmente se necesiten 1,60 dólares para poder cambiarlo por un euro.

Los expertos consideran que el euro ha tenido un impacto positivo en la creación de empleo (16 millones en la última década) y en el crecimiento económico de su zona. Se ha conseguido la reducción de la inflación y de los tipos de interés a largo plazo, lo que ha propiciado la adquisición de viviendas a las familias y el auge de la industria de la construcción. El aumento del precio del petróleo ha sido contrarrestado por la revalorización del euro, de modo que el barril que cuesta 100 dólares en Estados Unidos cuesta 60 euros en Europa.

La pregunta que se hacen los inversores es si la actual fortaleza del euro es meramente coyuntural, sujeta a los avatares del sistema monetario internacional, o si estamos ante una situación que se consolidará en el largo plazo. Para algunos, como el exjefe de economistas del FMI, Kenneth Rogoff, la tendencia del dólar a largo plazo es a la baja, con independencia del desenlace de la crisis actual. Opina que los Estados Unidos han seguido acumulando déficits comerciales sin precedentes en la historia y duda que los inversores internacionales estén dispuestos a absorber otro billón de dólares en deuda estadounidense.

El déficit comercial de Estados Unidos ascendió a 711.600 millones de dólares en 2007, un leve descenso en relación con los 763.500 millones del 2006. Por otra parte, la deuda nacional norteamericana se expande a razón de 1400 millones de dólares diarios. Ha subido desde 5,7 billones de dólares en enero de 2001 –cuando Bush asumió la presidencia- hasta los 10 billones que se calcula alcanzará cuando deje la presidencia en enero de 2009.

Existe un deslizamiento constante hacia el euro. Después que la Reserva Federal dejara de publicar la medición del M3, las autoridades chinas anunciaron que diversificarían sus cuantiosas reservas nominadas en dólares. Por otra parte, los países de la OPEP discuten la posibilidad de cobrar en euros sus entregas de petróleo. Finalmente, otro dato sugerente: el valor del mercado bursátil norteamericano ha pasado a representar la mitad del valor del conjunto de las bolsas mundiales, cuando hace cinco años era igual.

En una obra muy conocida (El auge y la caída de los imperios) el historiador Paul Kennedy señalaba que la crisis de los imperios fue siempre provocada por el overstrecht (sobre estiramiento): el desproporcionado despliegue militar y diplomático de los imperios termina por infligir una pérdida del potencial económico en relación con las otras potencias. Las aventuras militares emprendidas por el gobierno Bush pueden costar muchos billones de dólares. Según los cálculos realizados por el Premio Nobel Joseph Stiglitz, el costo de la guerra de Irak se eleva ya a tres billones de dólares.

Es impensable suponer que todo este cúmulo de circunstancias no va a tener reflejo en la cotización del dólar. Las dudas apuntan más bien a las formas en que se verificará el reajuste. Si será gradual, como en los últimos años, o si asistiremos a una implosión espectacular. El hecho de que esta hipótesis no sea descartada como descabellada en algunos análisis, indica lo delicado de la situación.