
Desde su investidura, me han llamado la atención dos de sus manifestaciones.
La primera fue aquella frase donde el señor Urtubey, al borde del setentismo y en contradicción con su juventud, se declaró fanáticamente peronista.
En la otra, producida la semana pasada en ocasión de la entrega de material escolar a alumnos de una escuela primaria de Vaqueros, manifestó Es el día más feliz de mi gestión, ya que soñaba con el momento en que cada chico salteño tenga su libro, cuaderno y carpeta.
Sentirse feliz por ver a los niños bien equipados para comenzar el año escolar es natural, sano e irreprochable.
Lo que cuestiona esta nota es la forma elegida para hacer efectiva la donación de bienes públicos a niños de escasos recursos. Que sea el Gobernador en persona quién haga la entrega (por muy simbólico que haya sido el acto de Vaqueros) exterioriza en comportamiento clientelar lindante con el populismo en su versión menos democrática. Sucedía en el régimen anterior y mucha gente tiene fundadas razones para esperar que no suceda en el actual curso político.
Lo comprendí cuando un candoroso niño me dijo: Urtubey me regaló mis útiles.
Ese niño, ningún niño (y pocos padres), puede razonar en el sentido de que esos útiles escolares han sido comprados con fondos públicos que provienen de los impuestos que pagan los ciudadanos. Tampoco están prontos a comprender que ese donativo expresa, en realidad, el rol asistencial del Estado que procura la igualdad de oportunidades.
O, lo que es lo mismo, que el Gobierno provincial no es más que un simple intermediario entre los recursos que aportan los contribuyentes y el derecho de inclusión que asiste a los niños sin recursos.
Siendo así, la entrega de bienes con sentido asistencial (sean libros, medicinas o bolsones de alimentos) debe despersonalizarse, excluirse del mercadeo político. Ningún Gobernante, cualquiera sea su rango puede sacar ventajas, por sutiles o indirectas que sean, de las políticas asistenciales públicas.
Al menos si queremos revertir largos años de educación para la dependencia (súbditos) por nuevos años de educación para la libertad (ciudadanos).