
- El marco general de nuevo modelo de crecimiento.
- Cómo lograr el pleno empleo.
- Las políticas sociales (pensiones, ayuda a la familia, etc.).
- Políticas para el progreso sostenible (medio ambiente, política industrial, política energética).
En el documento que constituye un esquema básico del proceso y revela que hay una labor de elaboración previa el candidato se refiere al método de trabajo para que el diálogo sea más eficaz y señala varios puntos relevantes (como el reforzamiento de la inspección de trabajo o la política de inmigración). Dado que en julio de 2004 Zapatero pactó con los mismos interlocutores una amplia agenda de diálogo social que se cumplió escrupulosamente, con toda lógica exhibe la credibilidad que le da ese proceso como una baza de su oferta electoral.
En Argentina las cosas tienen, evidentemente, otro cariz. La actual presidenta no entregó un papel similar ni ha definido hasta ahora en qué consiste exactamente la concertación plural. Pese a que ya han transcurrido cuatro meses desde su triunfo electoral y más de dos desde que asumió la alta magistratura, la Sra. Fernández de Kirchner no parece tener prisa. Y tampoco está claro qué se propone hacer: la idea inicial se ha reconducido a una concertación sectorial sobre aspectos determinados del desarrollo argentino (como la industria automovilística), que puede realizar aportaciones de interés....siempre que se concrete en algo. Porque poco se sabe sobre el método de trabajo, los participantes de ese diálogo, los objetivos del mismo y, sobre todo, el contexto general en el que se va a realizar.
El diálogo social en España tiene, como uno de sus componentes esenciales, la lucha contra la inflación y la definición de la política salarial. En Argentina se ha firmado un acuerdo con el sindicato de camioneros para incrementar las retribuciones un 20% mientras que hay gremios que solicitan aumentos de más del 30%.
Es la expresión gráfica de que existe un serio problema inflacionario que no figura con la prioridad que merece en la agenda de la concertación. Y que, por supuesto, es imposible abordar en múltiples negociaciones parciales.
En síntesis, mientras en España hay una idea clara sobre el procedimiento, las participantes y los objetivos del diálogo social, en Argentina esos puntos están, como quien dice, en el aire.
Sería bueno poner manos a la obra trabajando con seriedad y con claridad de miras. A este efecto, basta con recordar que el diálogo social ha supuesto una aportación esencial para el desarrollo social y económico de España, que de ser uno de los países más pobres de Europa ha pasado a superar a Italia en renta per cápita.