¿Vuelos de 'contención' alimentaria?

Esta mañana leí en la prensa digital que en Salta se realizan, por estos días, "vuelos de contención alimentaria". Frente a tan respetable juicio, hice lo que otras veces, es decir, acudí al diccionario online de la RAE -llamado curiosamente "buscón"- para cerciorarme de la corrección de la expresión. ImageDigo curiosamente, porque en estos tiempos de lenguaje neutro "desde la perspectiva de género" o lenguaje "no sexista", tan enjundioso sitio digital podría haberse llamado también "buscona". Pero quizá no se llama así porque lo de buscona suena muy mal en castellano viejo y así lo refleja el propio diccionario en su cuarta acepción.

Pero volviendo a lo de "contener", he comprobado que el DRAE no "contiene" más de tres acepciones para este verbo: una relacionada con "llevar algo dentro de sí" y dos que son casi sinónimos del verbo "reprimir".

Es decir, ningún significado relacionado con lo que los psicólogos, modernamente, llaman "contener", cuyo exacto significado científico desconozco, pero que imagino rodeado de un sólido edificio teórico.

Un rápido relevamiento en Google revela que más del 80 por cien de las webs que emplean el verbo contener en este sentido "psicológico" son webs argentinas o escritas por argentinos; en menor proporción utilizan esta expresión los españoles y los mexicanos, por ese orden.

Lo que no está del todo claro es que sea correcto el empleo del verbo contener como sustituto -más que como sinónimo- del más tranquilo y menos controvertido verbo "ayudar".

Da la impresión que quien sustituye un verbo por otro no está pensando la precisión de la palabra con la que quiere describir una acción sino, simplemente, en el sonido "más moderno" del verbo sustituto.

Si, como parece, la "contención" es una técnica psicológica para evitar el "desbordamiento" de alguna emoción, de algún sentimiento, de alguna conducta, hay un sinfín de comportamientos a los que una intervención psicológica adecuada y oportuna puede ayudar a moderar, o a reprimir si se prefiere.

Pero no todas las situaciones de necesidad humana parecen susceptibles de "contención" en el sentido que le atribuimos antes.

Sólo llevando las cosas a un extremo discutible podemos decir que el hambre es una de esas situaciones. Cuando alguien contribuye a mitigar el hambre de un prójimo con un buen plato de polenta, por poner un ejemplo, más que brindar "contención" (para evitar un desborde emocional) está brindando una ayuda directa e inmediata. Tal vez si hiláramos demasiado fino podríamos decir que practicar la "contención" en situaciones de necesidad alimentaria supondría convencer al necesitado de que "se aguante" o "se reprima", y no creo que éste sea el caso.

Si ya la propia Secretaría de "Abordaje" Territorial tiene en su título un neologismo discutible (suena más a 'Piratas del Caribe' que a un servicio gubernamental), sería conveniente que sus actuaciones cotidianas se llamaran con nombres un poco más llanos, menos rebuscados. No estaría mal, pues, que a estos viajes se los llamara "vuelos de ayuda alimentaria", a menos que se piense que "ayudar" (algo tan antiguo como la vida misma) es una actividad menos noble o menos eficaz que "contener".

Imaginemos el caso de una persona necesitada que está a la espera de ayuda por parte del gobierno. Si le preguntan sobre su situación, es improbable que responda: "Estoy esperando el abordaje porque necesito contención".

Quizá valga para los políticos la experiencia de una muy inteligente ex ministra española, quien por pedido de su propia familia, decidió utilizar un lenguaje más llano en sus apariciones públicas. "Te dejamos de querer si sigues hablando de la sostenibilidad", le dijeron.