Arranca, que 'se viene' el Diccionario

Una de las mayores debilidades de la prensa escrita de nuestros tiempos es la creciente propensión de ciertos redactores a incorporar al lenguaje escrito algunas metáforas y giros propios del periodismo radiofónico y, en especial, del deportivo. Víctor García de la Concha, director de la Real Academia EspañolaNo es malo de suyo que nuestra lengua escrita reciba influencias del lenguaje hablado, pero estas influencias sólo son positivas y enriquecedoras en la medida en que aquel lenguaje hablado sea mínimamente correcto. Y éste no siempre es el caso.

Si bien en la mayoría de las situaciones no es posible -aunque sí preferible- que la literatura culta influya en nuestra forma de hablar, a la inversa, no parece bueno que nuestra manera de escribir deba necesariamente experimentar el reduccionismo verbal que es propio de la inmediatez y, a veces, de la sobreexcitación que produce un espectáculo deportivo.

No hablo de tertulias radiofónicas relajadas en las que los protagonistas se lucen con su oratoria y su capacidad de expresión verbal, sino de partidos, combates y carreras que son narradas, por lo general, a los gritos y con un lenguaje que -al contrario de lo que se supone desde aquella ocurrencia del 'barrilete cósmico'- se ha venido empobreciendo sin remedio a lo largo de los años.

En concreto, son dos expresiones "importadas" de las retransmisiones futbolísticas las que están provocando las reacciones de rechazo de los expertos: Una es la utilización del verbo "arrancar" como sinónimo de "empezar". La otra es la forma pronominal "se viene", que, unida a sustantivos, se emplea en reemplazo de verbos en tiempo futuro.

Es, hasta cierto punto, tolerable que en una retransmisión deportiva se diga (o se grite) "arranca el segundo tiempo" o "se viene Neri Cardozo", para dar a entender que "empieza" el segundo tiempo y que "entrará al campo de juego" Neri Cardozo.

Pero es bastante menos correcto -y mucho menos elegante- escribir "Arranca la presidencia de Cristina", "Hace 62 años arrancó el peronismo", "Se viene el cambio de heladeras" o "Se viene la suba del gas", sobre todo si tenemos en cuenta que el arte de escribir en general, y el de titular noticias en particular, supone un ejercicio de reflexión previa que proporciona a quien escribe una serie de recursos y de mecanismos que el relator deportivo, por los motivos que sea, no posee.

Nadie niega que los relatores deportivos son capaces de esforzarse para mejorar su lenguaje (recuérdese el caso de aquel salteño que describió como "lluvia cítrica" lo que era un bárbaro ataque a naranjazos antes de ejecutar un córner), pero para la poesía son infinitamente más finos y sensibles los poetas.

En ocasiones es preferible informar con palabras simples, pero bien conocidas, que intentar demostrar una erudición que muchas veces no es tal o congraciarse con "la popular" echando mano de giros inventados por los relatores deportivos.