Jorge García Valdez escribe sobre las próximas elecciones parlamentarias

En pocos días más elegiremos legisladores. ¿Qué elegimos? ¿Por qué? ¿Para qué? Como parte integrante de la República Argentina, la provincia de Salta organiza su gobierno bajo el sistema republicano y representativo, según lo establece la Constitución provincial en su artículo 1. Que adoptamos el sistema republicano implica, entre otras cosas, que sustentamos el principio de igualdad, la periodicidad de los mandatos, la publicidad de los actos de gobierno, la responsabilidad de los funcionarios, la división de poderes y la elección popular. Fachada de la Legislatura de SaltaEn la república, el gobierno, depositado en el Poder Ejecutivo, no es una autoridad absolutista, pues comparte su mandato con otras autoridades elegidas por el pueblo, como son los diputados y senadores, que constituyen el Poder Legislativo.

La soberanía reside en el pueblo; es quien democráticamente elige a quienes lo van a gobernar, a quienes les da el mandato por un tiempo determinado para que administre la cosa pública, lo que es de todos. En eso consiste el sistema representativo, que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes.

El 27 de setiembre vamos a renovar parcialmente las cámaras legislativas. Contrariamente a lo que se pueda pensar, se trata de una elección muy importante, pues el pueblo debe decidir con su voto quiénes lo van a representar por cuatro años en el Poder Legislativo.

El titular del Poder Ejecutivo, el gobernador, tiene mandato hasta el 10 de diciembre de 2011, pero según dispone nuestra Constitución, la Legislatura debe renovarse parcialmente cada dos años.

La Legislatura ejerce el Poder Legislativo a través de las cámaras de Diputados y Senadores, es decir mediante un sistema bicameral. Su función es sancionar leyes y controlar la gestión del Poder Ejecutivo, además de hacer efectivas las responsabilidades políticas de los altos funcionarios y magistrados de la Provincia, a través del juicio político.

La Cámara de Diputados se integra con 60 representantes elegidos directamente por el pueblo de los 23 departamentos en que se divide políticamente el territorio provincial.

La Cámara de Senadores se compone de 23 representantes: uno por cada departamento. El mandato de los senadores es, como el de los diputados, de cuatro años y la Cámara debe renovarse por mitad cada dos años. Tanto diputados como senadores son reelegibles.

Al Poder Legislativo compete la sanción de las leyes que rigen a los ciudadanos en cuanto a sus derechos, deberes y garantías. Es la Legislatura la que debe sancionar la Ley de Presupuesto General de la Provincia, que debe contener la totalidad de los recursos y erogaciones de la hacienda provincial. Debe también fijar el número de cargos de la planta de personal permanente y transitorio; aprobar, observar o desechar la Cuenta General del Ejercicio que le remita el Poder Ejecutivo, correspondiente al año anterior.

Otras competencias de la Legislatura están relacionadas con la constitución de empresas públicas y sociedades del estado para la descentralización de los servicios; facultar al Ejecutivo para contraer empréstitos u operaciones de créditos, etc.

Es decir que la función de control sobre la gestión del gobernador reviste suma importancia dentro del esquema de la república. Si a esto le sumamos que corresponde a la Legislatura establecer los impuestos y contribuciones; legislar sobre tierras públicas y sancionar las leyes que se relacionen con todo interés público general de la Provincia, elegir diputados y senadores es de gran importancia y no solamente una rutina del sistema.

Cada Cámara posee facultades de investigación, es decir que puede constituir comisiones para investigar cualquier dependencia centralizada, descentralizada, empresas públicas, sociedades del Estado, etc.

De lo expresado sintéticamente queda claro que el ciudadano debe discernir muy bien su voto, porque su decisión pesará sobre la constitución de uno de los Poderes
del Estado.

Un gobierno que cuente con una mayoría absoluta a su favor en la Legislatura tiene menos posibilidades de ser controlado y, consecuentemente, está más expuesto a desviarse en la administración de la cosa pública. El sistema democrático no es sólo la vigencia de las instituciones, sino que éstas funcionen bien, que respondan a las expectativas de la gente y cumplan con lo establecido en la Constitución. Por eso, al elegir diputados y senadores debemos saber qué estamos consagrando con nuestro voto.