
Temerariamente se afirmó que al juez le había confeccionado una sentencia un abogado litigante y no existen pruebas de ello más que el capricho, al margen de que el letrado ha fallecido. De igual modo se avanzó a la sospecha de que Herrera pedía coimas. Es repudiable que desde las altas esferas del Ministerio Público se instalen falsas versiones contra un juez de la provincia sin haber transitado por el proceso en el que deben acreditarse semejantes imputaciones. Es esta la forma más inmoral que conozco de asegurar que el fiel de una balanza se incline a favor de una acusación.
El prisma político nos conduce a la hipótesis de la represalia. Se ha castigado a un juez que rompió el monopolio publicitario de la campaña de Fernando Yarade y en la cual se invirtieron $60.000.000 del erario público. López Viñals no ha instruido a sus fiscales que investiguen lo más obvio. Por el contrario, y eso es lo desdeñable, prefiere oprimir al magistrado por el contenido de una sentencia. Alguien puede discutir que de manera grosera se resolvió el contrato de Saeta S.A. con Centro Imagen SRL solamente porque le contrataron a Wayar la publicidad en doscientas lunetas de colectivos?
El cinismo ha inundado este proceso y es probable que los ladrones logren correr a los jueces. Los inquisidores de este gobierno han elegido a Herrera para dar el ejemplo de lo que puede ocurrirle a los díscolos. También corren peligro quienes no dan con el perfil de la justicia urtubeysta, que mantiene algunos magistrados y jueces que han hecho de la deshonestidad intelectual y la cobardía una costumbre cuando se trata de analizar decisiones arbitrarias o ilegales del Estado. Eso sí, los jueces y fiscales que comulgan con los objetivos del gobernador provienen de mejores familias, cenan en la casona de Santiago del Estero y Dean Funes y duplican la dosis de almidón en sus trajes.
Así las cosas, la única realidad es que a la fecha el proceso existe porque se ha intentado evitar un bochorno al Señor Procurador General. Uno de los tantos que podría padecer si persiste en este tipo de actitudes.
Parece inequitativo, y lo es, que mientras López Viñals juega su pudor de funcionario destemplado, se ponga en el otro platillo de la balanza la carrera de Herrera en la Justicia que ya equivale a una vida. Habría que preguntarse cuál es su objetivo pues, está claro, no se le ha encomendado la tarea de litigante enjundioso ni un resultado a cualquier precio. El debe someterse, como todos, a los designios de un cuerpo con integración plural por que así lo manda la Constitución Provincial. Si el Jurado absuelve a Herrera, a pocos les interesará si López Viñals perdió un caso polémico. Lo realmente importante es que habrá funcionado el sistema y se salvará lo que queda de la honra de un magistrado que no ha merecido semejante avasallamiento.