
Aquella vieja casona, donde sentara sus reales el pundonoroso gaucho don José González Villafañe, patriarca del clan, cayó hace años bajo la piqueta del progreso. Sobre el solar, se asienta hoy un enorme edificio de "propiedad horizontal" con portero humano afiliado al sindicato correspondiente. El roperito infantil, sin embargo, todavía es mudo testigo de mi temprana afición a los viajes espaciales.
A decir verdad, al principio recelaba mucho de ellos, y no por otra razón que porque mi madre atribuía a los cohetes y naves orbitales (a la perra Laika, a Gagarin y a la NASA) las perturbaciones atmosféricas más variadas, los temblores de tierra y cuanta calamidad hubiera suelta. Hoy, seguramente, diría que los viajes espaciales son los responsables del "tráfico de influenzas".

Hoy, recordando la hazaña de Armstrong, Aldrin y Collins, también me acordé de la hija de Wally Schirra y se me ocurrió buscar una nueva foto suya en Internet. Lamentablemente, para mí, la he encontrado.
He de decir, piadosamente, que tanto la Luna (con ese "asco de cutis", que diría Susanita, la amiga de Mafalda) como yo, nos hemos conservado mejor que la Schirra, cuyas facciones han ido aproximándose progresivamente a las de Laika. Ni qué decir de aquel roperito amarillo, que está tan estupendamente laqueado como el primer día.
A cuarenta años de aquello, muchos especulan con que las imágenes que los norteamericanos difundieron sobre la llegada de sus astronautas a la Luna fueron rodadas, en realidad, en un estudio californiano por Stanley Kubrick. Al menos, eso se solía decir "en fuentes generalmente bien enlozadas" (este chascarrillo periodístico apenas si se usa hoy en día)
Y las dudas son bastante consistentes, ya que, por ejemplo, en Salta no se podía ver en directo ni un partido de fútbol desde la cancha de Central Norte, por lo que transmitir televisión en directo desde la Luna era una hazaña quizá aun más grande que la de hacer que un señor la pise y juege con sus piedras.
De haber nacido yo en La Jolla, California, y no en Salta, Argentina, esta es la hora que estaría discutiendo sobre historia del arte con la hija del astronauta. Es una pena que haya muerto Kubrick, pues si era tan mentiroso como para dirigir un falso alunizaje, bien podría haberme cambiado a la hoy gordita Schirra por Nicole Kidman, dejándome a mi el papel que un tal Cruz (el nieto de doña Bonifacia) hizo en "Eyes Wide Shut".
Como homenaje a los que pisaron la Luna, pero especialmente a quienes no la pisaron, les dejo un recuerdo de 1976: Barbra Streisand cantando "The Woman In The Moon" (La mujer en la Luna), clip de su película "Nace una estrella".