
Quienes encontramos la RESPUESTA POLITICA EN LA CONSTRUCCION DEL FRENTE NACIONAL PROGRAMATICO, para intentarlo no tenemos otro camino que transitar el carril de los actores reales e influir para provocar los realineamientos necesarios. Si la acción es Nacional por su contenido, es electoral su desenlace.
Que es difícil, ya lo sé. Que la cuestión Nacional, incluido este aspecto, fue borrada de la cultura política argentina, también lo sé. Que la dirigencia peronista olvidó la estrategia y táctica del Frente, está a la vista; que a su joven y numerosa militancia no se le transmite esa línea, es evidente. Pero atención, que la responsabilidad más allá de colores ideológicos y partidarios, es de los cuadros políticos que sabiéndolo fueron ganados por el electoralismo, el oportunismo y el conformismo (las tres banderas del statu quo). Así de simple.
¿Nos queda otra salida?. No, sólo comenzar por reconocer las dificultades, estudiarlas y superarlas promoviendo acciones de contenido frentista, por sencillas que fueran, porque no hay caminos rectos sino zigzagueantes, con marchas y contramarchas. Ahí está el desafío Hic Rhodus, hic saltus.
El escritor y diplomático Abel Posse hizo un vibrante resumen del desastre día a día profundizado por la camarilla kirchnerista (Entre la resignación y el miedo, La Nación 3/11). Las cuentas de esa santa indignación fueron bien hechas y no vale la pena reiterarlas porque el objetivo es contribuir a su operativa canalización política por medio de estas reflexiones, destinadas a la construcción y no a la contemplación.
Como el tema es de política nacional observamos a los actores procurando, con la ayuda de la metodología frentista aprendida en la militancia, ofrecer una propuesta con ese fundamento y dirección (los títulos de estas Notas Políticas así lo indican).
La idea de Posse es que esa llamada oposición se concentre en un programa y liderazgo y de ella se desprenden tres aspectos que constituyen el quid de la política actual: instrumento, programa y liderazgo. ¿Por qué entonces no aprovechar la ocasión para generar un intercambio sustancial y conducente?.
La respuesta a esos puntos es lo que diferencia dos políticas: Coaliciones electorales o Frente Nacional.
Las primeras dominan la superestructura política porque son generosamente alentadas por los medios, la clase dirigente y el gobierno con su similar manera de conducirse. Y lo llamativo del caso es que, esa concepción facilista e inoperante, une al grueso los partidos cobijados bajo las tres banderas del statu quo.
Que esta forma de la política (con los resultados a la vista desde el triunfo de la democracia formal) sea el modelo predominante, no significa que sea la conducente para resolver los problemas nacionales. Más bien es la prueba de la degradación de la cultura política argentina. Pero, eso sí, es muy cómoda y fructífera.
Aquí estamos en medio de una fractura internacional inédita sin saber cuál será su profundidad y sus consecuencias, que las habrá como siempre para las naciones más débiles o debilitadas. Por lo tanto motivos hay de sobra para intentar una NUEVA POLITICA y la propuesta de ¡Actuar a fondo! es su consecuencia objetiva, independientemente que los actores estén o no a la altura de las circunstancias. A pesar de lo remanido, tiene vigencia el sonsonete de que la crisis es oportunidad.
El gobierno, incluso ganando la elección legislativa (lo cual dependerá de lo que se haga), está agotado porque no tiene políticas de fondo. Rápidamente pasó de la soberbia del efecto jazz a la inquietud creciente. El pomposo modelo redistributivo hace agua por todos lados porque se asienta en el intercambio de commodities primarias, cuyo jugo empieza a agotarse.
La estatización de las AFJP, el sospechoso blanqueo de capitales, la moratoria impositiva-previsional, el inédito plan de obras públicas, la regularización laboral, los incentivos para la creación de nuevos empleos -y las no muchas cosas que quedan por venir- son de resultado incierto. ¿Seguirá la suerte del Ministerio de Ciencia y Tecnología el Ministerio de la Producción?.
Las medidas fueron suficientemente divulgadas y analizadas, pero la sabiduría social percibe que son hijas contradictorias del apuro ante el riesgo de perderlo todo por la amenaza convergente de: obligaciones internas y externas, caída de la actividad, desempleo y aumento de la pobreza. Aquel pomposo modelo se ha convertido en apremiante modelo electoral con el fin de salvar la ropa.
Al cuadro descripto pueden agregarse algunos comentarios que contribuyan a deslindar los campos de las dos políticas referidas:
a) El paquete anunciado lleva como marca combatir la recesión y sus deletéreos efectos laborales-electorales con nuevos fondos públicos que serán los provistos por las AFJP, el blanqueo y la moratoria, porque los anteriores se gastaron cuando el ciclo se encontraba en la fase expansiva. El resultado es, pues, más que dudoso.
b) De la posibilidad de traspaso de las AFJP al sistema de reparto se viró, sin medias tintas, a la estatización, perdiéndose una gran oportunidad para reformar positivamente el sistema de capitalización que no olvidemos- nació con legitimidad cuestionada. Y lo prueba el error táctico de la Unión de AFJP que sobre la hora legislativa envió una propuesta alternativa, dejando la pelota picando a la Gran Vocera presidencial que les contestó ¿por qué ahora, después de 14 años?.
Nadie iba a golpear las cacerolas ni, menos aún, morir en Madrid por las Administradoras, pero el cimbronazo lo sentirán las provincias porque a la ANSeS también la engordan impuestos y coparticipación que se les retiene por insuficiencia de aportes y contribuciones.
c) Además golpeará a las provincias la caída del IVA-Ganancias -los dos mayores aportantes a la coparticipación- y los precios internacionales. Mientras que el escandaloso reparto del impuesto al cheque (70%-15%) fue prorrogado con el consentimiento vergonzante de gobernadores y legisladores PJ.
La exacción que sufren por la camarilla gobernante (no el centralismo Porteño) es otra oportunidad de acción frentista para debatir la coparticipación, superpoderes, moratoria, etc., que son instrumentales de la Política de Desarrollo. Lo contrario hacen los grupos opositores que protestan por aspectos aislados y desconectados de la cuestión central, que es la estructura económica nacional.
d) El gobierno se define keynesiano y el inédito (?) plan de obras públicas que anuncia dice sustentarse en ese ideario. Como es sólo eso y nada de Desarrollo, vale recordar a Rogelio Frigerio quien advertía que las recomendaciones del inglés se basan en aumentar el gasto publico para combatir la crisis y el desempleo, pero al dejar de lado aspectos vinculados a la calidad de las inversiones y a la estructura productiva, sus efectos tienen un sentido distinto en los países subdesarrollados.
e) Por último, aunque no menos importante, hay que señalar el desinterés alevoso de los legisladores (y de la clase dirigente) por la Defensa Nacional. La Fuerza Aérea Argentina quedó ausente del mayor ejercicio aéreo de la región, porque estos próceres, enfrascados con las AFJP, olvidaron o no tuvieron tiempo de autorizar la salida al exterior. El país agradecido... . Otra cuestión que diferencia al electoralismo del frente nacional.
Pues bien, este es el contexto donde se mueven gobierno, partidos y fuerzas sociales y de donde surgirá algo nuevo o se repetirá lo viejo y decadente. Dependerá si son vencidas las tres banderas del statu quo (Continuará).