Donde termina la calle, va levantándose un edificio

Pensar en una ciudad del crecimiento y la magnitud que tiene la nuestra nos enfrenta a una serie de problemas a resolver y que hoy están en el centro del debate público, problemas tales como la vibración de los colectivos en el área histórica fue una cuestión central hace algunos años, que se resolvió por medio de una ordenamiento, incompleto, pero ordenamiento al fin que permite asegurar museos y algunos monumentos históricos. Edificios en el centro de SaltaSin hacer más historia y solo recurriendo a la memoria encontraremos el recuerdo la legislación vigente destinada a cuidar lo que se denominó el casco céntrico de la ciudad y sirvió para alejar ineficientemente a vendedores de diarios y ambulantes de la zona de mayor concentración comercial y establecer un área entre las calles Entre Ríos y Mendoza donde se “prohibió” el trabajo para muchos salteños con la excusa del cuidado patrimonial que ahora no se tiene en cuenta.

Hoy, apenas unos años después y en un contexto diferente nuevamente nos encontramos debatiendo una cuestión similar, un proyecto que sin responsable político directo pretende establecer una rezonificación en un área ya zonificada por las legislaciones previas, sucede que el problema ya no es turístico sino que esta basado en un fenomenal negocio inmobiliario que amenaza con dar por terminada con la historia arquitectónica de nuestra histórica ciudad y obligarnos a los salteños a perder casonas, solares, plazas y espacio públicos y privados que nos identifican y nos dan orgullo.

Esta nota no tiene como misión oponerse al desarrollo ni al progreso, mucho menos a las inversiones y al empleo, sino que tiene como fin tender a la reflexión al respecto de lo queremos para nuestra ciudad.

Sin ir más lejos, la página web de la Secretaría de Turismo de Salta, nos invita a recorrer espacios que distinguen a nuestra ciudad de otras del país, iniciando el recorrido en la histórica Plaza Nueve de Julio y cito “centro de la vida cotidiana de la ciudad. Se ubica en el Solar elegido por el Lic. Hernando de Lerma para fundar la Ciudad el 16 de Abril de 1582, quien fija luego los ejidos y reparte los solares… es la única plaza de la Argentina rodeada por recovas”, obviamente también nos invita a conocer el Cabildo que “se destaca por sus arcos y balcones. Data de los tiempos de (la) fundación”, por supuesto también la majestuosa Catedral Basílica que “se construyó a partir de 1858, reemplazando a la antigua Catedral, dañada por un incendio” y si bien “la fachada se enmarca en un estilo italiano clásico, con frisos y cornisas muy trabajadas … sin lugar a dudas (es) uno de los ámbitos religiosos de mayor fastuosidad en el país” y como olvidarse del Convento e Iglesia San Francisco, la que con su “colorido y su campanario lo han transformado en un referente dentro del paisaje urbano de Salta. En el acto de fundación de la ciudad de Salta se dispuso el solar en el que se instaló la Orden Franciscana y donde se comenzó la construcción del templo y convento, obra que se concluyó en 1625” y por supuesto el Convento San Bernardo, “la más antigua de las construcciones religiosas de Salta”.

Cualquier visitante y local no pude olvidarse que entre vendedores ambulantes y una de las zonas mas descuidadas de la ciudad se emplaza la Iglesia de la Viña cuyo templo original data de 1853, el que se derrumbó, reiniciándose la obra 20 años más tarde.

Imposible soslayar, también, a aquella maravillosa obra que conmemora “la memoria del Gral. Güemes que se ha perpetuado en el magistral Monumento que se encuentra al pie del Cerro San Bernardo, presidiendo la ciudad” y es la misma página institucional la que nos invita a conocer la Casa de Arias Rengel y “otras casonas coloniales”, término que trae más de una controversia, pero que demuestra el sentir de los salteños en torno a nuestro patrimonio arquitectónico y cultural.

Quizás con estos datos alcanzaría para reconocer la necesidad de establecer una área protegida de nuevas obras edilicias que desbaratan el complejo arquitectónico y cultural de nuestra ciudad, pero para mas datos podríamos remitirnos a aquellos primeros trabajos de la Historia de Salta donde no caben dudas del lugar de fundación de nuestra ciudad, localizado en la actual Plaza Nueve de Julio desde donde Hernando de Lerma, situó los solares principales, plaza, cabildo e iglesia y desde donde hoy, aún, se irradia la vida política, cultural y económica de la ciudad.

Cabe aclarar entonces que no es oposición al desarrollo, no es cuestión de negarse a los edificios nuevos, a la nueva modalidad de la vida pública, pero si es cuestión de pensar cuales son los límites de una planificación urbana que, aún sin poder resolver el problema de la congestión del tránsito en el área céntrica, pretende ahora erigirse en el gran diseñador de la ciudad en la que todos vivimos, cuando los especialistas, las organizaciones sociales, los centros tradicionalistas, los centros culturales, ni los vecinos, hemos sido consultados sobre la cuestión. Pero desde el fondo de nuestra salteñidad sabemos a lo que nos oponemos, sabemos que la ciudad tiene un área fundacional que comprenden las calles Virrey Toledo hasta Jujuy y San Martín hasta Entre Ríos, voluntariosa decisión quizás, pero seguros que en este espacio delimitado existe gran parte de nuestra identidad representada en casonas señoriales, en fachadas ornamentadas, en dinteles forjados, en rejas que invitan a esperar aquellos pájaros que hoy la ciudad ha silenciado pero que viven en el recuerdo de nuestros antepasados.

Solo pedimos la protección definitiva de éstas manzanas. No nos oponemos al desarrollo y ni al progreso, sabemos que la ciudad tiene amplios espacios todavía por explotarse, que permitirán mayores circulaciones comerciales, financieras y hasta nuevos espacios culturales, pero preservar la ciudad fundacional, este corazón de Salta donde late nuestra identidad y donde hacemos latir la historia, la personalidad y el ser salteño, es el imperativo de la hora y la respuesta que nuestra historia y nuestro futuro reclaman.