¿'Veedores' salteños en las elecciones de los Estados Unidos?

Cuenta la leyenda que un joven estudiante de origen senegalés se plantó un día en el mismísimo aeropuerto Charles De Gaulle de Paris dispuesto a iniciar una aventura de aprendizaje en la tierra de donde salieron quienes alguna vez colonizaron la suya. Salteños nos observanComo era de suponer, el estudiante fue interceptado en el rígido mostrador migratorio francés, adonde debió explicar la razón de su proyectada estancia en aquel país. En el curso de la diligencia se produjo una discusión, pues cuando el sargento Dodó de turno le preguntó al senegalés qué estudios se proponía realizar, el visitante respondió muy suelto de cuerpo: "Vengo a estudiar Francia". Y así por cinco veces.

A los agentes de frontera no les pareció serio que un africano les dijera aquello de "vengo a estudiar Francia", pero tuvieron que dejarlo pasar porque el modesto senegalés, despojado de cualquier soberbia, les dijo: "¿Acaso ustedes cuando van para allá no nos dicen que vienen para estudiar el Senegal?".

Es decir, que aquello de que los Estados soberanos -actores primigenios del sistema internacional- son "iguales" es una falacia total. Un senegalés no puede "estudiar Francia" como sí puede un francés "estudiar el Senegal".

Por esta razón me resulta sumamente extraño leer que las elecciones de los Estados Unidos de América han contado con "veedores salteños". Porque las misiones internacionales de observación electoral son generalmente unidireccionales, es decir, parten de las democracias más avanzadas hacia las otras, y no al revés.

No estoy negando el derecho de ningún político salteño de acudir como "veedores" a los Estados Unidos, pero estaría bueno que no intentasen confundirnos. No están allí para denunciar el fraude en Delaware ni el cambio de zapatillas por votos en Dakota del Norte. El que ha ido de buena fe, debería decir que su presencia en estas elecciones obedece a su deseo de aprender y que han sido invitados a un 'espectáculo' como podría ser la final de la SuperBowl. Los otros, quizá nunca digan que han aprovechado la volada para hacerse pasar por fiscales de la democracia más perfecta del planeta.

Habría que preguntarse cuántos norteamericanos habrán pensado anoche: "Oh, there's some saltenians observing us... So, let's all behave, kids".

De la lista suministrada ayer por el diputado Godoy, presidente de la Cámara, surge que algunos de los "veedores" salteños a las elecciones norteamericanas no son Jimmy Carter, precisamente. Algunos -y no es necesario dar nombres- están vinculados genéticamente con antiguas operaciones de fraude electoral en Salta y con intentos consumdos de "subversión institucional" que incluye la compra de fallos judiciales, la manipulación de congresos y otras tantas prácticas muy propias de nuestra forma de entender la democracia.

A lo mejor están allí en este momento, en la catedral de la democracia, como quien intenta renovar su espíritu acudiendo a la Catedral de Salta a rezar una plegaria al Señor del Milagro.