
Los argumentos de la señora Kirchner al proponer una medida de tal envergadura al Congreso son tan inconsistentes (habló del fracaso del neoliberalismo) que -para cualquiera que comprenda mínimamente lo que se cuece en la política argentina de los últimos ocho años- esta decisión comporta una operación ideológica del más rancio estatismo peronista. Sin embargo, a nivel internacional, la misma medida ha sido interpretada como una "nacionalización" o "expropiación" de recursos privados (herramienta propia de los gobiernos de izquierdas) hecha con el solo propósito de reforzar la caja del gobierno nacional.
Algo de esto sostiene el señor Bastenier en su artículo, que debió de ser titulado "Los españoles sabemos distinguir... y poco más", porque su tesis final es que, a pesar del gran mamarracho propuesto por la señora Kirchner, "los españoles saben distinguir entre gobierno y nación (critican a nuestro gobierno, ensalzan a nuestra nación). Distinguir entre uno y otro es lo mínimo que se puede pedir a un pueblo políticamente culto como el español.
Pero también se le puede pedir más. Por ejemplo, saber que ninguna medida concreta se ha adoptado hasta ahora. Que la presidenta, equivocada o no, lo que ha hecho es enviar una propuesta de ley al Congreso Nacional para terminar con el sistema previsional basado en las cuentas de capitalización individual. Que esta propuesta aún no ha sido abordada por el Congreso ni es posible, en estos momentos, conocer cuál será el resultado de una eventual votación sobre esta cuestión.
Tal como lo pinta el señor Bastenier, siguiendo la línea del antikirchnerismo frontal del diario El País, da toda la impresión de que (1) los fondos de pensiones argentinos fuesen de propiedad de los españoles y (2) que la presidenta ha dispuesto de ellos "expropiándolos" a sus titulares hispanos. Ninguno de estos extremos es cierto. El antikirchnerismo hispano le ha jugado una mala pasada al señor Bastenier haciéndole confundir la realidad con sus deseos.
La realidad, es decir, la que el señor Bastenier en su infinito cariño hacia lo que él llama "un país hermano, primo o sobrino" es incapaz de ver, es que desde el mismo momento de creación en la Argentina del sistema de jubilación por capitalización individual, los fondos no han dejado de ser, nunca, de propiedad pública. Esto significa que las sociedades mercantiles que los administran (algunas, obviamente, de capital español) no son propietarias de estos fondos ni por asomo, ni pueden serlo. Su cometido legal consiste en administrar estos fondos y realizar con ellos inversiones, dentro de un marco regulatorio rigurosamente controlado como es el que establece la propia ley y la autoridad de la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones.
La infeliz medida anunciada por la presidenta, en caso de ser aprobada por el Congreso, nada tendría que ver entonces con una "expropiación" como la dibuja el señor Bastenier y, menos aún, con algunas medidas de nacionalización como las anunciadas recientemente por el presidente de Venezuela Hugo Chávez. Quizá tenga razón Bastenier cuando dice que se trata de "una operación de un populismo trasnochado, que gusta del compincheo con alguien a quien considera tan grosero y soez, además de antiespañol, como Hugo Chávez".
Lo curioso, en cualquier caso, es que si a un analista argentino (no digo ya a uno senegalés) se le ocurriera expresarse en España en términos parecidos o equivalentes sobre alguna medida de las que suele adoptar el presidente Zapatero o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se levantarían en aquel país las voces xenófobas de siempre negando "al extranjero" cualquier derecho a opinar sobre la realidad nacional.
Bien hace el señor Bastenier en opinar; mejor aún los argentinos en aceptar sus opiniones. Lo único que puede reprocharse a un juicio de semejante enjundia es un cierto exceso de ese nacionalismo cerril de "la España de los dos cojones" (impropio del liberalismo progresista español que representa el Grupo Prisa) y la falta de un poco, sólo un poco más de información, de buena información.