'Vería con agrado' que los legisladores respetaran sus competencias propias, y las ajenas

Los diputados y senadores son los únicos magistrados del Estado a los que está permitido expresar sus deseos a través de instrumentos oficiales. Nadie podría imaginar que un juez dijera en una sentencia que "vería con agrado que fulanito pasara los próximos cinco años en la cárcel" o a un ministro diciendo en una resolución ministerial que "vería con agrado que las clases empezaran el 25 de febrero". Legislatura de SaltaNo se entiende muy bien por qué los jueces, tribunales, gobernadores y ministros están obligados a ser precisos, tajantes y taxativos en sus decisiones, y que, en cambio, los diputados y senadores dediquen buena parte de su tiempo, y de los recursos que el Estado les asigna para sus tareas, a efectuar auténticos "brindis al sol", que muchas veces terminan su vida útil en un piadoso archivo.

Me pregunto qué cara pondría el presidente Godoy si recibiera del ministro Loutaif una resolución que dijera: "Vería con agrado que vuestra honorabilidad procediera a sancionar una ley para construir un matadero de chanchos en la localidad de Payogasta"; o si el presidente Guillermo Posadas le notificara una acordada en la que la Corte de Justicia dijera que "Vería con agrado que la Cámara, en vez de sesionar los martes, lo hiciera los días sábado".

Si imaginamos al presidente Godoy extrañado, y por qué no, contrariado, por estos insólitos pedidos, ¿qué razón habría para imaginar que los funcionarios que son requeridos por las cámaras para hacer o dejar de hacer determinadas cosas que son de su competencia reciben estos requerimientos con una sonrisa?

Hay un cierto activismo parlamentario que resulta estéril y que convendría desterrar. Hay legisladores que piensan que cumplen mejor su misión bombardeando con proyectos de resolución para pedir que se baje el desempleo, que se reduzca la mortalidad infantil, que se controlen las adicciones, que se aumenten los sueldos y las jubilaciones y un montón de cosas muy fáciles de pedir pero muy difíciles de obtener. Luego, nadie les pedirá cuentas de su conexión con la realidad; su activismo engrosará los diarios de sesiones y permitirá exhibir ante los electores una serie de iniciativas sumamente interesantes.

Los legisladores deben convencerse de que los "vería con agrado" son simples garabatos de felicidad que muy pocas veces se traducen en felicidad real, simplemente porque, a veces, a otros responsables políticos no les gusta que otros "irresponsables políticos" (dicho ésto en el mejor sentido), interfieran en el ejercicio de las competencias propias.

Tres cuartos de lo mismo sucede con los famosos pedidos de informe, que han desbordado cualquier previsión constitucional, y que en vez de ser herramientas eficaces para mejorar los mecanismos de la función legislativa, se han convertido en instrumentos de chantaje y de humillación de los funcionarios que son requeridos.

La frase "el que legisla nunca gobierna" no pertenece al Payo Solá, que en realidad dijo aquello de "el que toca nunca baila", pero podría haberla firmado con toda tranquilidad. El que tiene poder y no gobierna se siente como en una jaula y a lo que aspira es a influir todo lo posible sobre las decisiones del gobierno. Y cuando un legislador se enfrenta a cuestiones que exceden sus competencias, automáticamente acude a la fórmula del "vería con agrado" y asunto resuelto.

Resulta imposible medir o evaluar la eficacia de un legislador a partir de sus expresiones de deseos. Ésto degrada la función legislativa y renueva los cuestionamientos de los ciudadanos al más necesario de los poderes del Estado.

Pero a veces es mejor rendirse ante la evidencia y, en todo caso, apoyar la tarea de estos activistas parlamentarios aportando algunas ideas para futuros proyectos de resolución, que pueden convertirse en todo un canto al voluntarismo.

Por ejemplo,

1. Vería con agrado que el gobierno de los Estados Unidos procediera a solucionar de una vez la crisis financiera mundial.
2. Vería con agrado que el Centro Juventud Antoniana ascendiera a primera división.
3. Vería con agrado que la Provincia de Salta cuadruplicara sus ingresos por coparticipación federal.
4. Vería con agrado que el gobernador de Salta se afiliara al Partido Renovador.
5. Vería con agrado que el pleito Puca, Juan contra Compañía Algodonera del Norte, s/salarios, se resolviera a favor del actor, con costas al demandado.
6. Vería con agrado que el intendente de Salta dispusiera que el sentido de circulación por la avenida Belgrano fuera de Este a Oeste.

Como dijo aquel experto, "así cualquiera es diputado".