No hay oposición

Pero también debe decirse que no hay un partido gobernante, pues es bien sabido que no existe ninguna estructura seria que respalde las candidaturas oficiales. Lo que hay son alianzas precarias y circunstanciales. ¿Quién puede, seriamente, sostener, por ejemplo, que las candidaturas de Scioli y Ballestrini, representan al gobierno?
{sidebar id=9}Pero, en realidad se puede estimar que casi el 70 % de los ciudadanos se oponen, por diversas razones, al gobierno. En consecuencia hay oposición y es ella la que deberá expresarse en las urnas. Si todos votamos contra el gobierno le estaremos haciendo un servicio a la Patria.
Gobernabilidad
Esta palabra se emplea como sinónimo de la capacidad de hecho, de los gobernantes, para ejercer sus facultades. Se inscribe dentro de la tesis de que una cosa son las normas y otra la conducta de los gobernados y que si esa conducta no se adecua a las normas, sólo quienes disponen de artes especiales puede asegurar el funcionamiento del gobierno.
Esas artes especiales son, por supuesto extralegales y consisten, principalmente, en el uso del dinero, el privilegio, la prebenda, la demagogia y los pactos espurios, para anudar acuerdos que, supuestamente, permitan gobernar a quienes resultan elegidos para ello. El desarrollo de este lugar común, que también es falso, parece otorgar ventajas de manejo a los fulleros, los mentirosos, los delincuentes, quienes serían mas hábiles para lidiar, precisamente, con aquellos que se erigen en cuestionadores de la gobernabilidad.
Los argentinos tenemos normas jurídicas que rigen nuestras conductas; la de gobernante y la de gobernados. Sólo si se cumplen las normas existentes es posible el ordenado funcionamiento de la sociedad. De lo contrario estaremos sometidos a la voluntad de los poderosos, de quienes se creen por encima de las leyes.
Faltan propuestas alternativas
También se insiste en que los opositores no ofrecen propuesta alternativas al oficialismo. Tampoco es cierto. Ello por dos órdenes de razones. La primera es que los candidatos a suceder al actual gobierno, si han hecho, hacen y harán propuestas alternativas, que no se difunden lo suficiente o se ignoran, por el oficialismo y por los medios de difusión.
Pero, en segundo lugar, porque lo que está en juego en la próxima contienda electoral, no es sólo un programa de gobierno. Es mucho más que eso ya que lo que se dirimirá es la vigencia o no de la Constitución Nacional y las instituciones de la República.
La verdadera alternativa, en esta instancia, es si vamos o no a tener jueces independientes, legisladores que representen a sus electores y pongan freno a los desbordes del poder ejecutivo; si vamos a gozar de libertad de prensa y tener gobernadores e intendentes responsables por sus actos y no servidores del gobierno nacional; si vamos o no a garantizar la seguridad jurídica y personal de los ciudadanos, si vamos o no a tener una política exterior que, respetuosa del sistema jurídico internacional, bregue por nuestros intereses y finalmente si vamos o no a propiciar la concordia y el bienestar de todos los ciudadanos o continuaremos con enfrentamientos estériles que nos atan al pasado. Eso es lo que dirimiremos los argentinos en la próxima elección.