Campo vs. Gobierno

La Presidenta tiene razón. El sistema de retenciones aduaneras permite: Cortes de ruta en Salta1°  Disminuir el precio interno de los bienes exportables, facilitando su adquisición con los salarios de Argentina; ayuda a controlar la inflación y consecuentemente, se paga menos por los bonos de deuda argentina, atados con la inflación.

2°  Retenciones más altas para la soja y más bajas para el trigo, girasol  y maíz, pueden frenar el proceso de sojización y aumentar el área sembrada por los productos que consumen los argentinos e  incentivar la producción de leche y proteínas animales. Los valores actuales todavía no contribuyen a sustituir la soja.

3°  Una mejor redistribución de la riqueza, aunque la falta de planificación no ayuda para que las provincias argentinas sean beneficiadas por el manejo de las retenciones.

Antes del paro agropecuario, pero después de anunciar inconsultamente las retenciones móviles, el gobierno expresó que otorgaría un trato especial a los pequeños y medianos productores. ¿Porqué entonces cortaron las rutas? Por bronca, porque fueron ninguneados. Porque no se los escuchaba, aún teniendo buenas razones.

Si los argumentos del Gobierno son razonables ¿por qué la comunidad en general apoyó al campo?

La razón es muy simple: la decisión se tomó desde la omnipotencia, dentro del microclima (gracias Balbín) donde se gobierna, donde el Ministro del Interior y muchos otros son cartón pintado y por ende no pueden ser fusibles, por lo que todos los ataques convergen directamente sobre Cristina.

El Gobierno confundió mando con conducción y todos los argentinos estamos pagando todavía sus consecuencias. Cometió por soberbia el error funesto de unificar a los agricultores pequeños y medianos con los grandes terratenientes y los pools de siembra.

Los primeros cuidan la tierra, muchas veces heredada y reservada a sus descendientes, efectúan rotación de cultivos, mantienen su fertilidad y no contaminan.

Los pools de siembra hoy se dedican a la soja porque es mejor negocio que comprar bonos defaulteados. Exportan la fertilidad de nuestros campos y es posible que cuando los agoten comience un proceso de desertización, en campos absolutamente contaminados donde la agricultura orgánica, reclamada por el mundo, será una quimera.

Quiénes cortaron caminos fueron los pequeños agricultores, pero los grandes beneficiados, si prosperan sus demandas, serán los pools de siembra y los exportadores (¿dónde estás IAPI extrañado?).

El Gobierno, por primera vez con la presencia de la Presidenta, decidió cambiar el aire para volver a la cancha y se reunió con las entidades representativas del agro. Acordaron por lo menos una agenda de trabajo, con representantes del gobierno encabezados por el Jefe de Gabinete, que este viernes fructificó con un acuerdo por el tema carnes, aumentando el diez por ciento la cantidad exportable, pero el Gobierno obtuvo garantías de mantener los precios de los 13 cortes populares. Está cerca el arreglo por la leche y por el trigo. Este encuentro es altamente positivo –Cristina aprende rápido- y ojalá que concluya con un proyecto para el campo, que sea el punto de partida para definir el modelo argentino, donde la agroindustria y el aumento de valor agregado a nuestras comodities agrícola- ganaderas –sensata intención gubernamental- sean el eje de la Argentina del futuro.

Hay que consensuar con el campo, pero a su vez hay que exigirles regularicen sus empleados en negro y no dejen dudas sobre sus manejos impositivos.

Mientras tanto, el campo aplica el principio bélico que dice “si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Mientras los dirigentes negocian y acuerdan, se forman grupos de autoconvocados, con el liderazgo indiscutido de Alfredo de Angelis, que con su ritmo musical marca el tono del conflicto, con amenazas de desconocer los acuerdos  si no los satisfacen. Esta presión adicional da a la dirigencia rural un handicap tremendo en la mesa de negociaciones.

En el horizonte surgió un elemento adicional. Es la denuncia de Monners Sanz de que los productores fueron perjudicados por los exportadores por cientos de millones de dólares, pues el denunciante considera que éstos les cargan a los productores el precio del flete y del seguro –precio FOB- cuando lo que corresponde es que este costo lo soporten los exportadores –precio FAS-

Creo firmemente que el camino escogido desde hace cinco años es el correcto. Y yo, como millones de argentinos, quiero recorrerlos con Ud. Compañera Presidenta. Pero queremos que nos conduzca, que nos convenza, que realice consensos y admita disensos, que planifique tomando a la Argentina como una integridad y que amplíe el horizonte de las personas con quienes consulta para tomar decisiones. Dios la bendiga y la ilumine.