
Dib Ashur recordó que la economía de Salta venía creciendo a tasas cercanas al 5% entre 2006 y 2008, pero que el frenazo económico se limitará a una caída del 2,7%, cifra que en otras latitudes podría considerarse escandalosa y sería capaz de tumbar a algún ministro de Economía o a un gobierno completo.
Sin embargo, el director de Estadísticas sostiene que "el gobierno provincial hizo las previsiones correspondientes en materia fiscal, lo que evitará mayores sobresaltos que el resto de las provincias". El optimismo del funcionario es comprensible, en la medida en que, para el Estado, la buena salud de la economía se mide no tanto por la riqueza y el empleo que generan los agentes privados, sino por la solvencia de las cuentas públicas.
No es sino en base a una visión estatocéntrica de la economía que puede decirse, con cierta soltura y sin rigor autocrítico, que la producción de soja registrará en la Provincia una caída del 40%, o que la extracción de borato va a registrar un decrecimiento del 30%.
Si bien no es función del responsable de las estadísticas provinciales, lo cierto es que el director no precisó una fecha para la recuperación del crecimiento, como suele hacerse en los países avanzados cuando se comunican los datos de recesión.