
Se ha sabido, por ejemplo, que cada familia recibió "una jaula con 5 gallinas y alimento balanceado para dos meses", es decir, una especie de "programa pancitas" para estas sufridas aves.
Cada familia recibió también un "curso de capacitación" en materia de "manejo, sanidad, instalación y cuidado de los animales", lo que de algún modo atempera el impacto medieval de estas entregas.
No ha trascendido si el Programa UPAC contempla, a su vez, un subprograma "Huevito Feliz", lo que resultaría aconsejable si se tiene en cuenta que las "ponedoras" distribuidas por Marinaro Rodó tienen una impresionante capacidad productora de 230 huevos por año, frente a los escasos 150 que suelen poner las gallinas caseras "normales".
Un funcionario afectado a la entrega de las gallinas, que al parecer fue preguntado por una beneficiaria si las gallinas eran "batarazas", respondió: "Si señora, son baratazas".