
El atractivo turístico mundial volverá a elevarse hacia la puna el próximo 6 de agosto después de su segunda interrupción. La primera ocurrió en 1990, cuando se privatizaron los ferrocarriles del Estado, la segunda fue hace tres años, en julio de 2005, debido a un desperfecto técnico que dejó varado el tren y los pasajeros debieron soportar temperaturas inferiores a 10 grados bajo cero sin medicamentos, frazadas ni calefacción.
La nueva empresa concesionaria, Ecotren, anunció que la nueva flota, una locomotora y los coches, son de procedencia suiza y que están previstas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los turistas durante el vertiginoso recorrido que incluye 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 tirabuzones y 2 zigzags.
El recorrido ferroviario nace como emprendimiento turístico en 1972, por iniciativa de las autoridades del Ferrocarril General Belgrano. El nombre Tren a las Nubes surge de una filmación realizada por dos estudiantes tucumanos en los primeros años de la década de los 60, que recorrieron el tramo Salta-Socompa en el tren internacional de pasajeros, función que cumplía anteriormente.
Este documental fue titulado Tren a las Nubes por un periodista del diario Clarín, por una escena en que los jóvenes camarógrafos captan el vapor liberado por la locomotora sobre el viaducto de La Polvorilla. El nombre fue adoptado posteriormente por Ferrocarriles Argentinos para designar al único emprendimiento turístico del país en ese momento.
Los estudios del terreno y el proyecto para construir las vías del ferrocarril trasandino datan de 1889; fue también un sueño de Mitre el de un Ferrocarril Americano que atravesara la Cordillera de los Andes. Después de largos avatares, intereses políticos y la interrupción de la legalidad constitucional en 1930, finalmente en 1948 queda terminada la obra.