
Como se recordará, el gobernador Urtubey manifestó en reiteradas oportunidades que o bien la empresa se allanaba a "asociarse" con el Estado provincial o se produciría la caducidad del contrato. Al final, pocas semanas después de rendido el informe UNIREN, que deja muy mal parada a Aguas de Salta, el gobierno ha alcanzado su objetivo de participar en la propiedad de una empresa que venía concitando el rechazo ciudadano por su mala gestión y la falta de atención a necesidades elementales de los salteños.
Aún se desconcen los términos exactos del acuerdo, la extensión de la participación estatal y si el nuevo esquema accionario comportará cambios inmediatos en la gestión empresaria, pero todo hace pensar en un giro importante en la calidad de los servicios que venía prestando Aguas de Salta.