Un gran día para la cultura de Salta: Se inaugura el nuevo Museo de Bellas Artes

Palacio Usandivaras, sede del nuevo Museo de Bellas Artes de SaltaLa Provincia de Salta inaugurará hoy su nuevo Museo de Bellas Artes. El acontecimiento señala un punto muy alto en la gestión gubermental de la cultura, no tanto porque se trata del museo más grande del Noroeste argentino, sino porque reafirma la voluntad del actual gobierno de transformar a la cultura -en conexión con el turismo- en uno de los motores de la economía provincial y en el norte de numerosas actuaciones de políticas públicas. Representa también el triunfo de una visión abierta y no elitista de la cultura de Salta, así como la confirmación de los aciertos de una gestión que busca, desde sus mismos inicios, terminar con el amiguismo en la concesión de las ayudas y subvenciones oficiales, y aspira a dar a todos los creadores e intelectuales el lugar que les corresponde en relación estricta con la calidad y trascendencia de sus obras.

Desde el punto de vista político, la concreción del nuevo museo representa un severo llamado de atención a quienes, por razones ideológicas o incluso de simpatías personales, han intentado e intentan subestimar los esfuerzos de Gregorio Caro Figueroa y del equipo de Cultura que él dirige. Supone también un llamado a la tolerancia, a la cordura, una invitación a coexistir y disentir civilizadamente. Grandes y muy meritorios han sido los esfuerzos de Caro Figueroa por hacer primar el peso institucional de la gestión por sobre las circunstanciales diferencias con unos y con otros.

Caro y los suyos han desmentido, con trabajo, dedicación y eficacia, los pronósticos agoreros que daban a esta etapa de la vida cultural de Salta una andadura más bien efímera. La Secretaría de Cultura del gobierno de Salta ha demostrado en sólo doce meses que el mesianismo de quienes se consideran los "elegidos naturales" para administrar los bienes culturales públicos no es más que una falacia antidemocrática que oculta el deseo de perpetuación en el poder y reniega del principio republicano de periodicidad de los cargos públicos.

Con discreción, pero también con mano firme, la gestión que lleva adelante Caro Figueroa condena todos los días al ridículo aquellas voces destempladas e inmaduras que, desde Internet o desde radios de audiencias marginales, destilan resentimiento y convocan permanentemente al enfrentamiento, con insultos y descalificaciones que sólo terminan por descalificar a ellos mismos. Mal lo deben pasar estos empeñosos contradictores -especialistas en confundir la realidad con sus deseos- cuando comprueban que la figura de Gregorio Caro se agiganta día a día, especialmente fuera de las fronteras de Salta, algo que, por cierto, viene siendo una constante en el mundo de la intelectualidad salteña.

Con ocasión de la inauguración del nuevo museo, el secretario de Cultura ha dirigido a los salteños un comunicado, que Iruya.com reproduce íntegramente a continuación:

La inauguración de este viejo y nuevo espacio del Museo de Bellas Artes de Salta es un acto de afirmación y de esperanza. Es un rechazo a la destrucción, al olvido, al pesimismo. Implica, además, asumir responsabilidades institucionales que tienen amplio respaldo en el gobernador de la Provincia, doctor Juan Manuel Urtubey. Abriendo estas puertas recuperamos mucho más que un espacio: rescatamos memoria, reafirmamos la decisión de ser contemporáneos, incrementamos nuestro patrimonio cultural y tendemos un puente al futuro.

Si, como dice Paul Ricoeur, “La memoria es el vínculo fundamental con el presente, al igual que la esperanza es el gozne que nos une al futuro”, un museo no es un mero depósito nostálgico e inerte de memoria ni un santuario de imágenes. Por el contrario, es un lugar donde, con más claridad y visibilidad, se cruzan y fecundan las tres dimensiones del tiempo.

Abriendo un museo no se da la espalda a los tiempos que corren y tampoco a las incertidumbres y temores que estos días arrastran. A su modo, desde su específico hacer, la cultura advierte y asume esas señales, buscando comprender tal realidad. No para cruzarse de brazos, con gesto resignado y egoísta, sino para contribuir a expresarla y tratar de mejorarla, mejorando a las condiciones de vida de las personas.

Enfrente de este Museo de Bellas Artes de Salta están nuestra Biblioteca y nuestro Archivo Histórico Provincial. Quizás el azar los puso no distantes ni de espaldas sino frente a frente para complementarse y entablar un diálogo amistoso. La cultura está tramada de palabras, de libros y de imágenes. En la antigüedad, las imágenes capturadas en las obras de arte eran percibidas como “una escritura viva”, en las que aquellos que no sabían leer podían recorrer la historia, “absorber ideas y recibir mensajes morales”.

Del mismo modo que sin libros y sin lectores no hay educación posible, un niño que no se asoma a la belleza de la naturaleza y al arte, dijo un crítico, “no puede beneficiarse de la educación”. En 1967 André Malraux confesó que ansiaba contribuir a “la impregnación artística de los niños de doce años, la edad de las impresiones imborrables”.

Un Estado, añadió, no puede gastar en cultura dejando de lado la utilización de ese “instrumento más económico y mucho más poderoso” que es la educación artística. Malraux observó que al gigantesco esfuerzo realizado en la segunda mitad del siglo XIX para arradicar el analfabetismo, correspondía añadir ahora un esfuerzo similar a favor de la educación artística.

A nosotros nos toca trabajar para comenzar a reducir las deficiencias en las capacidades artísticas. Podemos apelar a la reconocida autoridad de un historiador y crítico del arte como Gombrich, quien se preguntó: “¿Cómo puede un espíritu en desarrollo encontrar un punto de entrada al cosmos del arte sin que se le dé la oportunidad?”

No se trata de transplantar el antiguo optimismo del progreso del siglo XIX, sino de proponernos afianzar la construcción y el despliegue de una empresa cultural que contemple nuestra realidad actual, con sus dificultades que a veces son mayores que sus oportunidades, pero que también sea capaz de enriquecerse incluyendo, teniendo continuidad en el tiempo y capacidad para imaginar el futuro.

De la amplitud de un espacio físico para el arte, y su extensión en redes, no se desprenden, de forma automática, ni criterios ni prácticas de amplitud y democratización de la cultura, tarea que no puede reducirse a términos cuantitativos, reflejados en un crecimiento de las estadísticas del público que accede a los museos. En esa empresa, entre otras, está incluida la exigencia de democratizar la circulación intercultural del arte.

Dotar a nuestro histórico Museo de Bellas Artes de Salta de un nuevo espacio de siete salas y 1030 m2, lo jerarquiza y amplía nuestras posibilidades de vincularnos a circuitos regionales, nacionales e internacionales del arte. Pero también multiplica los desafíos: dotarlo de recursos humanos y materiales, lograr que la calidad artística se entrelace con la calidad institucional, establecer relaciones de diálogo y cooperación con los artistas, constituirse en centro de capacitación y actualización, articular y complementar esfuerzos, difudir sus actividades y vertebrar su programación.

Con esta inauguración, la Secretaría de Cultura de Salta y su Dirección General de Patrimonio comienzan un ambicioso proyecto global de reestructuración del patrimonio museístico provincial. Además de este museo, se formará un complejo de museos en la intersección de La Florida y Caseros, integrado por Casa de Arias Rengel, Casa de Leguizamón, en proceso de restauración, y, con una propuesta que presentaremos a la Municipalidad de la Ciudad, la Casa de Moldes. Estas unidades alojarán diversos museos vinculados interiormente por salones de reunión, espacios de circulación y tiendas temáticas. El proyecto contempla también importantes desarrollos para los otros siete museos del Estado provincial y los de próxima incorporación.

Las políticas públicas en el área de museos que esta gestión encaró, no sólo se dirigen a la recuperación y conservación edilicia y patrimonial, sino a dotar a los museos de los mejores niveles científicos y técnicos; a potenciar su capacidad y calidad de exhibición mediante la incorporación de tecnología y el respeto a las normas internacionales; a capacitar el personal e incentivar su desarrollo; a realizar tareas de extensión a la comunidad y a establecer vínculos mutuamente ventajosos con otras instituciones museísticas. Hay mucho por hacer, pero ya estamos en marcha.

Nuestra gestión se encamina a cumplir los “Lineamientos” que formulamos y que constituyen nuestro compromiso público; de manera muy especial, apuntamos a relacionar nuestras políticas culturales a los esfuerzos del gobernador Urtubey por la inclusión social haciendo que los Bienes Culturales lleguen a todos los ciudadanos y les sirvan efectivamente para su desarrollo personal. Aspiramos a realizar el federalismo y enriquecer la vida democrática tratando de llegar a todas las poblaciones del interior provincial incluyendo nuestros pueblos originarios. Procuramos poner la cultura también en relación con el turismo y otras actividades productivas para el crecimiento de la Provincia.

Pero sobre todo, concebimos la cultura como la producción, conservación y transmisión de valores. En especial, de la vida, la libertad, la equidad en la vida social. “La cultura debe dirigirse a la cimentación del diálogo, la construcción de vínculos sociales y el entendimiento entre las personas, y debe servir a la convivencia tolerante, pacífica y constructiva”. En el área específica de Patrimonio Cultural, sostenemos firmemente la libertad de expresión de los artistas, y subrayamos la responsabilidad sobre la conservación y desarrollo de los bienes comunes.

Venimos practicando una política de cooperación mediante convenios con otros organismos del Estado provincial, de las provincias de la región y del ámbito nacional, así como con empresas y con organizaciones de la sociedad civil. El antiguo Museo abre las puertas de su nueva sede para ampliar el horizonte de la cultura y enriquecer nuestra comunidad. La legítima satisfacción que experimentamos no es sino la energía que nos impulsa a trabajar con la mayor dedicación para poner esta institución en el primer plano nacional. Entre todos. Para todos.

Gregorio A. Caro Figueroa
Secretario de Cultura