
Suite Scarlatti es una cuidada coreografía que trabaja con los códigos de la Escuela Bolera andaluza, una conjugación entre danza clásica y el baile popular de la España del siglo XVIII. A la belleza delicada del vestuario y el buen gusto de Zartman para manejar el conjunto, se suma en esta coreografía dos elementos de representación de fina teatralidad y dificultad técnica: la ejecución en escena de la música de Scarlatti por el pianista Javier Anderlini, solista de la Orquesta Sinfónica de Salta, y el ritmo de las castañuela que da comienzo y se mantiene durante toda la obra en las manos de Mabel Spert.
La otra coreografía de Zartman, Bolero, es una puesta lírica que combina, como la música de Ravel, el minimalismo con un gran despliegue de movimiento o de alma. Al decir del lenguaje corporal, contemporáneo; al decir de las combinaciones de pasos, neoclásico; Zartman logra un estilo propio que como apunta la voz en off del inicio, desnuda el ritmo del universo, a veces oscuro, a veces claro. La utilización de varios niveles espaciales aporta espectacularidad, a la vez que el Bolero de Ravel avanza hacia su desordenada y perfecta unidad.
Un lirismo que hila todos los movimientos y un final enérgico en belleza, Zartman logra dar una versión auténtica -la obra fue estrenada hace 30 años- de una música sobre la que pesa toda la historia de la danza del siglo XX, tanto que ha sido llamada la tumba de los coreógrafos. Desde que Ravel diera su partitura en 1928 a la bailarina y entonces empresaria Ida Rubinstein, para quien fue coreografiada por Bronislava Nijinska, más de una docena de versiones han sido realizadas, entre las que se encuentra la de míticos corógrafos como Michel Fokine. Es la versión de Maurice Béjart, interpretada por el argentino Jorge Donn la que mayor éxito logró, tal vez porque pudo absorber toda la sensualidad contenida en la música de Ravel. Zartman logra con acierto formar parte de esta elite de coreógrafos, encantados por la misteriosa desnudez de la melodía de Ravel.
El Gran pas de Don Quijote volverá a contar, en el rol de Basilio, con la actuación del bailarín invitado Gerardo Wyss, del Ballet Estable del Teatro Colón, quien será acompañado por Noelia Díaz en la segunda función. El salteño Pablo Torres y Sofía Newell tendrán el protagonismo la primera función.
El ballet Don Quijote fue estrenado en 1869 en el Teatro Bolshoi de Moscú con música de Minkus. La coreografía, creada por Marius Petipa sobre el capítulo XIX de la segunda parte de la novela de Cervantes, fue versionada varias veces por el propio Petipa y en 1900 el ruso Alexander Gorsky reconstruyó la obra con gran éxito. Esta es la versión que reponen los maestros Regueiro-Ivanoff.
El argumento se encuentra principalmente centrado en los amores entre Kitri y el barbero Basilio; Don Quijote y Sancho Panza atraviesan una serie de aventuras en torno a la joven pareja.