El Ballet de Salta actúa con la Sinfónica en el Teatro Provincial

El Ballet de la Provincia sube a escena hoy viernes 19 y mañana sábado 20 de septiembre para presentar tres estrenos en el Teatro Provincial de Salta, Zuviría 70, a las 21.30 horas. El elenco bailará con la música en vivo de la Orquesta Sinfónica de Salta, hoy viernes con la dirección del maestro Luis Gorelik y mañana sábado bajo la dirección de Jorge Lhez. Ballet en SaltaTocará las sonatas y tocatas de Scarlatti para piano, el solista Javier Anderlini y las castañuelas españolas, la destacada bailarina Mabel Spert. El director de la compañía, Leandro Regueiro, sube y baja del escenario provincial, verifica las luces. En la escena está el coreógrafo Zartman ajustando los últimos detalles de la Suite Scarlatti que junto a Bolero son las dos obras suyas que estrena el Ballet.

La subdirectora del Ballet, Liliana Ivanoff, me presenta entre la oscuridad de la platea a Gerardo Wyss, el bailarín invitado del Ballet Estable del Teatro Colón, quien encarnará el papel de Basilio en el “Grand pas” de Don Quijote, la otra obra que completa el programa. Suenan castañuelas, se repiten pasos; Wyss no está trabajando, anda de jean y pulóver, pero su aspecto sigue siendo el de uno de los personajes que ha interpretado como el esclavo Alí de El corsario o el torero de Carmen.

El joven bailarín comenta que es la primera vez que baila el Quijote, pero tiene motivos para mostrar serenidad: “Me siento muy cómodo- asegura- , más teniendo al maestro Regueiro que fue mi formador en la escuela del Colón”. Al hablar del Quijote es casi obligado recordar las memorables actuaciones de Julio Bocca en el papel de Basilio. Wyss confiesa que cuando supo que iba a interpretar a Basilio buscó los videos de Bocca: “Uno siempre aprende de mirar a los maestros- dice- y por suerte, ellos también nos enseña a los más jóvenes y nos dan muchas pautas para lograr el personaje correctamente”.

Otro motivo para mostrarse seguro, es que sus parejas de baile, Ludmila Galaverna en la primera función y Noelia Díaz en la cuarta, fueron sus compañeras en la escuela del Colón y han compartido escenarios en obras como el Cascanueces y Esmeralda.

Finalmente, Wyss expresa: “El Quijote es el sueño de todo chico que estudia danza, la coreografía y la música es increíble. Es un pas de deux difícil, muy técnico y con cierto carácter, pero es muy placentero bailarlo”, concluyó.

Un repertorio amplio


El maestro Regueiro sigue desandando el Teatro, habla con los técnicos, le advierte a una bailarina que realiza un giro que debe cuidar sus vértebras y finalmente agudiza su atención cuando le digo que en los tres estrenos se destaca la capacidad de producción que ha ido adquiriendo la compañía. Entonces aclara:

“No tanto de producción, sino de amplitud de espectro artístico. En este programa vemos tres obras muy diferentes entre sí, si bien todo tiene un cierto dejo a la española. Esto permite al público apreciar hasta qué punto la compañía comienza a ampliar el horizonte. Por ejemplo, en la Suite Scarlatti, el hecho de hacerla con un pianista en escena y siguiendo el ritmo de las castañuela implica un conocimiento que no es abordado muy a menudo”.

Sobre Gerardo Wyss, Regueiro comentó: “Tenemos el honor de tener una de las nuevas promesas del Ballet Estable del Teatro Colón, quien en Don Quijote muestra cómo poco a poco las nuevas generaciones empiezan a mostrar una luz propia; sin olvidar a sus acompañantes, una de ella, Ludmila, en el rol de Kitri desarrolla facetas inexploradas en ella, algo que se comenzó a ver en Paquita y ahora madura de forma especial”.

El director de la compañía recordó que la presencia del joven bailarín invitado es posible gracias al convenio que se firmó en agosto entre la Secretaría de Cultura de la Provincia y el Teatro Colón.

El ballet Don Quijote fue estrenado en 1869 en el Teatro Bolshoi de Moscú con música de Minkus. La coreografía, creada por Marius Petipa sobre el capítulo XIX de la segunda parte de la novela de Cervantes, fue versionada varias veces por el propio Petipa y en 1900 el ruso Alexander Gorsky reconstruyó la obra con gran éxito. Esta es la versión que reponen los maestros Regueiro-Ivanoff.

El argumento se encuentra principalmente centrado en los amores entre Kitri y el barbero Basilio; Don Quijote y Sancho Panza atraviesan una serie de aventuras en torno a la joven pareja.


Conjugación de estilos


El coreógrafo Zartman fue responsable durante los Cursos de Invierno organizados por el Ballet de la clase de Danza Española. Luego, se quedó para trabajar en el montaje de las obras junto a su asistente Mabel Spert. Y ahora se encuentra otra vez en Salta tomando los últimos ensayos de sus obras.

Zartman definió su obra Suite Scarlatti como una estilización de la escuela bolera andaluza que se bailaba en las cortes de Carlos III. La coreografía se estrenó en el año ’85 para el Taller Coreográfico del Teatro Colón.

Para lograr el estilo bolero, la bailarina y asistente Spert trabajó con la parte femenina de la compañía. Spert comentó que para un bailarín clásico, las exigencias que impone esta danza cortesana española pasa sobre todo por el estilo de los brazos, el torso y los acentos musicales.

La escuela bolera surge del encuentro entre las danzas populares y el ballet clásico. Este estilo de baile se desarrolló en Andalucía y básicamente consistía en la transformación de ciertos bailes populares en danzas de exhibición profesional. Su surgimiento no solo se debe al estrecho diálogo cultural entre España, Francia e Italia, su estilo conserva una gran influencia oriental.

La otra obra que estrenará el Ballet es Bolero, con música de Ravel, coreografía a la que su autor se refirió como “un canto al amor y a la vida, representados por la unión del ritmo y la melodía”. La obra fue estrenada en el ’80 para el Ballet de Cámara de Santa Fe y posteriormente fue ampliada para el Ballet Estable del Teatro Colón.

Sobre el trabajo con la compañía, Zartman expresó: “se puede trabajar muy bien con el Ballet y sobre todo tienen muy buena dirección”.