
Mientras un grupo de pseudofeministas «visibilizadas» de Salta (excepto en los tetazos, en los que aparecen tapadas como monjas) echa sapos y culebras contra la sentencia judicial que dejó en libertad a Chicho Mazzone y no le impide volver a presentarse como candidato, en Holanda, ese país opresor, en donde para nuestras defensoras de «lo nuestro» reina una argentina (descendiente de salteños) aliada del imperio, un señor llamado Eberhard van der Laan, que desempeña el cargo de alcalde de Ámsterdam, ha anunciado la prohibición del acoso verbal de tinte sexual en los espacios públicos de la ciudad.
La medida no ha sido aplaudida en Salta, en donde tal tipo de acoso es ampliamente tolerado, dado que no proviene de las estructuras del poder oligárquico, ni patriarcal, sino que se verifica, más bien, en los estratos más bajos de la sociedad. Para decirlo sin tantas vueltas, que en Salta los acosadores verbales son más «oprimidos» que «opresores».
La medida anunciada en Holanda protege a mujeres, gays, lesbianas y transexuales, ya que una encuesta encargada por el propio ayuntamiento de la capital del país (un «relevamiento», que diría el gauchaje) puso de manifiesto que estos colectivos son los que peor llevan este tipo de acoso. Un 59% de las mujeres de Ámsterdam, de una muestra de 1.000, han sufrido episodios de esta índole.
8 de cada 10 féminas de entre 15 y 34 años aseguran haber sido objeto de insinuaciones y silbidos ofensivos, o bien recibido insultos si rechazaban los avances de desconocidos.
Razonamientos legales
La intimidación sexual de palabra no se encuentra tipificada en el código penal holandés, y Van der Laan, abogado de formación, preguntó a varios expertos en derechos fundamentales si la interdicción sería legal; es decir, si no chocaría con la libertad de expresión, protegida por la Constitución.Dos de los consultados así lo creyeron, y recomendaron, en todo caso, la redacción de una ley de ámbito nacional. Por el contrario, Janneke Gerards, otra jurista, contestó que no veía problemas. “Si una multa es recurrida, la decisión final dependerá de los jueces” dijo.
A la vista de que el veto “podría resistir la prueba de los tribunales”, según portavoces consistoriales, lo que se ha aprobado es una norma local “para sancionar la alteración del orden público y las molestias que ello ocasiona”. De este modo, basta con que un funcionario municipal (pasearán de incógnito) constate que ha habido provocación sexual para multar. Un nuevo reglamento les indicará cómo y cuándo deben actuar.
Las multas por esta conducta en Ámsterdam pueden llegan a los 4.100 euros (73.800 pesos argentinos).
¿Izquierdistas? No, mire
En Ámsterdam, la disposición ha sido aceptada a instancias de liberales de derecha y democristianos.Justo al mismo tiempo, el partido socialdemócrata ha presentado en el Congreso una propuesta de ley para conseguir algo similar a escala nacional.
Ahmed Marcouch, el expolicía y hoy diputado que la promueve, quiere imponer a estos comportamientos multas de hasta 8.200 euros. “Si una mujer no demuestra que ha sido objeto de tocamientos o amenazas, la policía no puede actuar, y el vacío legal de las humillaciones de palabra debe cubrirse”, dice.
Para establecer qué expresiones pueden ser sancionadas, ha tomado como ejemplo el acoso sexual en el trabajo, que sí está tipificado. “Claro que todo empieza por la crianza de los padres y la educación escolar, pero las fuerzas del orden necesitan instrumentos para ponerse en marcha”, ha añadido. A pesar de que también los juristas tienen dudas sobre la validez de una ley así, la mayoría del Parlamento la apoya y se presume que puede ser tramitada después de las elecciones del próximo 15 de marzo.
Fuente: El País