Pamela Calletti capacita, Juan Pablo Rodríguez dignifica

mt_nothumb
Cualquiera que se pregunte por las razones del sonado fracaso del gobierno de Urtubey en el combate por la igualdad y en la promoción de los derechos de la mujer -incluida la lucha contra la violencia que sufren- encontrará las respuestas que busca en esta fotografía.

Desde hace bastante tiempo se sabe que la utilización del cuerpo de la mujer con fines publicitarios es denigrante per se, así como potencial precursora de discriminación, de dominación sexista y de violencia física. No es algo que digamos nosotros.

Probablemente esta regla fundamental (que no es difícil de rastrear en las cientos de miles de páginas que se dedican a esta materia) integre los contenidos de las solemnes «capacitaciones» que de tanto en tanto imparte la ministra Pamela Calletti a los agentes públicos, con los paupérrimos resultados que ya casi todos conocen.

Lo llamativo, es que el Ministerio de Gobierno, que dirige el visionario Juan Pablo Rodríguez, no se haya enterado todavía de que con el cuerpo femenino no se juega. ¿Será que el señor Rodríguez no acude a la misma «salita» que la ministra Calletti?

A pesar de que esta denigrante fotografía, en la que se ve a una señorita de extraño peinado, con muy poca ropa y muchos menos kilos, fue tomada en su Ministerio o bajo su auspicio, el señor Rodríguez tiene con qué defenderse.

Efectivamente, hace algunos años un colega suyo realizó una conferencia de prensa para presentar un espectáculo bíblico y en la cabecera de la mesa, que él ocupaba, colocó a un par de fornidos centuriones y a dos escuálidas «gauchitas». En un rincón de la sala, al extremo de la mesa, en la parte menos iluminada del proscenio, el ministro ubicó a Jesucristo. Sí, sí. Han leído bien: a Jesucristo.

En fin, que si esto pasó antes (la preterición del Mesías) ¿por qué no utilizar a una mujer semidesnuda para promocionar el fitness municipal? ¿Dónde está escrito que no se puede?

El 'ruido' de las feministas

Las feministas que cobran un sueldo del gobierno no han condenado esta instrumentalización barata de su sexo. Solo han salido decir que la foto «les hace ruido».

Pero los salteños no les pagan para que funcionen como decibelímetros sino para que llegado el momento defiendan a las mujeres con valentía y decisión de los ataques que contra su dignidad perpetra el mismo gobierno. ¿O es que para el Observatorio de Violencia contra la Mujer de Salta el gobierno de Urtubey lo hace todo bien?

Cualquiera podría pensar que la actitud de una integrante del observatorio, que salió a decir que esta fotografía «no fue feliz», es servil y vergonzosa, pero para no seguir dándoles de comer nos limitaremos a decir aquí que esta suavísima calificación es «sospechosa».

Si el torneo organizado en San Lorenzo es tanto para hombres como para mujeres, ¿por qué se eligió a una mujer para posar semidesnuda en la fotografía?

¿Esto es fitness?

Si lo que se proponían quienes organizaron el acto durante el que fue tomada la fotografía era promocionar el fitness, está bastante claro que no consiguieron su propósito, sino más bien el efecto contrario.

En su acepción moderna, la palabra fitness designa un estado general de salud y bienestar, y más específicamente la capacidad de practicar deportes y dedicarse sin fatiga a las ocupaciones y actividades diarias. Los especialistas en esta actividad dicen que el fitness se alcanza a través de una nutrición adecuada, un ejercicio físico de moderado a vigoroso y descanso suficiente.

El «fitness», por definición, no tiene nada que ver ni con el uso del bikini ni con el buen cuerpo.

El estado atlético de la modelo salteña (una cintura de talla 22") no habla precisamente de una buena nutrición, lo cual, bien visto, puede ser un mensaje del gobierno que le anime a crear dos nuevos ministerios en su ya poblada grilla: el de la Segunda y el de la Tercera Infancia, que podrían encargarse de practicar «relevamientos» casa por casa para conocer en qué hogares de la periferia está haciendo falta un buen plato de mazamorra.

mt_nothumb