La fotografía que aparece más arriba, que ha sido publicada por el diario El Tribuno de Salta, corresponde a un puesto sanitario del Estado provincial salteño en el paraje La Puntana, perteneciente al Departamento de Santa Victoria, en el extremo Noreste de la Provincia de Salta.
Con solo ver las enormes deficiencias que presenta este edificio en su parte exterior, cualquiera puede imaginar la ínfima calidad de los servicios sanitarios que el gobierno provincial de Salta presta en este lugar.
Una de las características de los servicios públicos, en casi todo el mundo, es su calidad uniforme en todo el territorio. Salvo la desidia y el abandono de las responsabilidades por parte de los gobernantes, no hay razones serias que expliquen o justifiquen que el gobierno de Salta mantenga un puesto sanitario en este estado tan lamentable cuando a unos cientos kilómetros de este lugar la calidad de los puestos similares es notablemente superior.
Si el Estado existe para algo es precisamente para asegurar a los habitantes del territorio que los servicios universales que el Estado está obligado a prestar van a tener una calidad igual para todos los ciudadanos, con independencia del lugar en el que habiten.
El estado realmente calamitoso del puesto sanitario de La Puntana habla a las claras de la existencia, en un mismo territorio, de ciudadanos de primera y de segunda, así como de una mínima o nula preocupación gubernamental frente a las desigualdades económicas y territoriales.
Con este tipo de instalaciones sanitarias -que serían ya impensables para muchos países del África más pobre- no cabe lamentar las muertes por desnutrición infantil sino, al contrario, dar gracias por que aquellas muertes no sean aún más numerosas y frecuentes.