
En declaraciones seguramente apresuradas (o efectuadas en un posible estado febril), el ministro señor Ricardo Villada ha dicho que el general Güemes «nos pide» (sic) que «sigamos con coraje y valentía por un futuro mejor».
Pero para valentía, la del ministro, que con su inusual anuncio ha dejado claro que entre sus artilugios ocultos tiene una línea directa con Martín Miguel de Güemes, un personaje histórico cuyo fallecimiento ha ocurrido hace doscientos años.
Desde luego, no era conocida para nadie la habilidad de Villada para comunicar con los muertos y recibir de ellos (y anotar) determinados pedidos, como quien apunta un encargo de tres docenas de empanadas.

Para mayor gravedad, nadie -ni el ultracientífico Cuerpo de Investigadores Fiscales- puede asegurar a los salteños mediante procedimientos químicos contrastados, que, efectivamente, la voluntad de Güemes sea la de «seguir con coraje y valentía por un futuro mejor», o si la frase se debe a una ocurrencia calculadora y electoralista de Villada. La gente normal de Salta sostiene que es prácticamente imposible que a Villada se le haya «aparecido» Güemes, como suele aparecerse la Virgen María a algunos feligreses. «No hay antecedentes serios de apariciones de próceres fallecidos», dicen estas fuentes.
Con la misma ligereza y relatividad, mañana podría salir una maestra perezosa a justificar su inasistencia a la escuela diciendo: «Es que esta mañana Sarmiento me ha dicho que puedo irme de compras a las pulgas». La palabra de insigne maestro sanjuanino sería suficiente para anular cualquier sumario administrativo.
Muchos son los que han advertido que decir que Güemes «ha pedido» esto o aquello supone una cierta manipulación de la memoria del prócer y que la frase ha sido formulada con una cierta alevosía, en la certeza de que nadie puede ni podrá racionalmente poner en duda «la sacrosanta palabra de Güemes», tal como si fuera la mismísima palabra de Dios.
Pero ya se sabe que en Salta rige una especie de trilogía religiosa (un tridente en términos futbolísticos) integrada por el Señor del Milagro a la izquierda, por Güemes al centro y por la Pachamama a la derecha. Los tres juntos harían empalidecer de vergüenza al trío atacante que alguna vez integraron Luisito Suárez, Leo Messi y Neymar.
Después de la patriótica afirmación de Villada, muchos especulan con que el ministro salteño -quizá por ser ministro y no por ser ingeniero- se ha hecho con el Whatsapp de Güemes e intercambia con él mensajes a diario, algunos de ellos subidos de tono. Los mismos desconfiados han descartado la posibilidad de que Villada participe en sesiones de espiritismo con barajas tarotistas de El Caburé, velas aromáticas y copas dadas vuelta, en la que los asistentes escuchan psicofonías y selectos «audios» de Güemes, previamente filtrados por su incansable hagiógrafo desde su despacho del Ministerio Público Fiscal.
Si así fuera; es decir, si desde sus cenizas Güemes efectúa pedidos a los que viven en Salta después de transcurridos dos siglos de su muerte, es más seguro que el general estuviera enviando hoy mismo mensajes un poco más pedestres como «¡Arriba Central Norte!» o «Che, Ricardo, decile al gobernador de mi parte que lo que más me gustaría en estas fechas es que me dejen de hinchar las bolas y que no me usen para justificar enfermedades o desfiles de carnaval».