Urtubey interpreta a un gaucho machista en la presentación de ShowMatch

  • El Gobernador de Salta encarna a un salteño machista y atrasado en un sketch del programa de Marcelo Tinelli, que protagoniza junto a su mujer, Isabel Macedo.
  • Triste papel
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La ficción está emparentada con la realidad en muchos casos, y este podría ser uno de ellos.

El Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, interpreta al empleado de una megatienda de bricolaje, encargado de la sección suelos de madera, en donde también atiende su esposa, Isabel Macedo.

Hasta el lugar se acerca el presentador Marcelo Tinelli, que va buscando un trozo de parquet para la decoración de su programa, pero abandona el empeño cuando encuentra a una belleza de los valles subandinos que lo deja subyugado. Ni lerdo ni perezoso, el zar de la televisión invita a la mujer a participar en el «Bailando».

Pero la halagada rehúsa porque entre las condiciones mencionadas por Tinelli figura la de tener más de 35 años. Hasta aquí la ironía es perfecta.

Pero al oír eso de «Bailando» se suma a la escena Urtubey -a quien visiblemente le hace falta un curso acelerado del método Stanislavsky- para decir, de forma rotunda, que no al «Bailando» y a la posibilidad de que su mujer se exhiba en fishnets & feathers under blinding white lights en ese programa.

El macho que decide por su mujer se identifica como un «hombre de Salta», en donde -según él- hay «otra onda (probablemente una onda castradora), y eso del «Bailando» no suena muy adecuado ni viril para el gauchaje. Salta es otro planeta, de costumbres más lentas, más opas, más pesadas, de largas siestas en los patios del fondo.

En medio de la breve discusión, la mujer intenta darle un par de besos a su marido (cónyuge en la vida real y en la ficción), con tanta mala suerte que los labios de Urtubey parecen una puñalada en la lata. El gesto amoroso fracasa de una forma estrepitosa.

«No flaco, no... Bailando, no», insiste el Gobernador como si en vez de un programa de televisión le hubiesen mentado al diablo y a sus sensuales aposentos.

En medio de la conversación y cuando Tinelli recuerda haber visitado aquellas lejanas tierras, fronterizas entre la Provincia de Tucumán y la de Salta, Urtubey le sale con que conoce al Gobernador (hasta tal punto de que está superencantado de conocerse), de quien dice «es un tipo muy piola». Hubiera quedado realmente gracioso si se autodefinía como un «pelotudazo», pero el control del guión efectuado por sus constructores de imagen, no permitió la gracia, y se quedó en esa sosedad del «tipo muy piola».

«Tan piola», que prohibe a su mujer hacer lo que ella se le antoje (por ejemplo, ir al «Bailando»), solo porque en Salta «hay otra onda».

¿De qué «onda» habla Urtubey? Pues clarísimo: del famoso «acervo cultural» de la Provincia que gobierna que consiste en que el macho manda sobre las mujeres y decide, no solo sobre sus incursiones televisivas, sino sobre su vida, su muerte, su reproducción y su hacienda.

¿Parecidos entre la ficción y la realidad? Que venga Dios y lo vea.