Las paredes del nuevo museo de Güemes, motivo de polémica

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La luz de un flash fotográfico ha sido diseñada de manera tal que la iluminación que proporciona sea parecida a la luz del día. De este modo, tanto la temperatura color de la luz diurna y la luz de un flash electrónico se sitúa entre los 5500 y los 6000 grados Kelvin.

Pero la luz diurna tiene, por así decirlo, un rango dinámico mayor, ya que la longitud de onda de la parte visible de la luz del sol se sitúa entre los 300 y los 700 nanómetros.

Una gran parte del espectro y de sus relaciones con el mundo que nos rodea es invisible, porque estamos limitados a ver longitudes de onda electromagnéticas comprendidas solamente entre los característicos azules-violetas y los rojos profundos.

Sin embargo, los materiales fotográficos pueden extender nuestra visión, especialmente cuando se utilizan determinadas técnicas de exposición y se cuenta con la ayuda de fuentes de iluminación especial y el uso de filtros variados.

En determinadas circunstancias, pues, la parte invisible del espectro puede hacerse visible en una fotografía.

Algo de esto es lo que probablemente ha sucedido con esta fotografía en particular (publicada por el gobierno de Salta en el sitio web oficial), en la que se aprecia visualmente y sin esfuerzo el muy deficiente remate de las paredes de unas de las salas del museo Casa de Güemes, que ayer por la tarde fue inaugurado por el mismísimo Presidente de la Nación.

Los defectos afean a toda la pared, pero especialmente lo hacen en el arco de la gran puerta a la que dan la espalda los personajes de la foto y en la parte superior de una puerta secundaria ubicada un poco más a la derecha.

Tales defectos no son justificables para una obra nueva, ni siquiera teniendo en cuenta que se trata del remozamiento de una construcción antigua, con valor histórico. Paredes mucho más antiguas y más históricas que esta suelen ser objeto de tratamientos especiales que ayudan a eliminar completamente este tipo de defectos, incluidas las humedades.

O bien se trata de un remate apresurado o estamos en presencia de una obra poco profesional. En cualquiera de los dos casos, los defectos de construcción contrastan llamativamente con el despliegue tecnológico audiovisual de un museo, que, incluso antes de su inauguración, ya presumía de estar a la última de la última.

¿Una barra antipánico colocada hacia adentro?

En la misma fotografía, entre el exgobernador Hernán Cornejo y gobernador Juan Manuel Urtubey, se puede apreciar una barra de color rojo colocada sobre la gran puerta de la estancia.

Por la disposición de la cerradura y de los goznes, parece claro que dicha puerta solo puede abrirse hacia adentro.

Si la barra roja que aparece en la foto fuese (podría no serlo) una barra antipánico, de las que normalmente se utilizan para facilitar y garantizar la apertura de una puerta, y que es de uso común en salidas de emergencia, quien la ha instalado, al parecer no se dio cuenta de que este tipo de barras solo pueden colocarse en las puertas que deben abrir en sentido de la marcha; es decir, hacia afuera y no hacia adentro.

La utilidad de una barra antipánico que, en vez de empujar, deba ser tirada hacia adentro se asemeja mucho a la del timbre en un panteón.