
El gobierno provincial, atado por disposiciones constitucionales al culto católico, se mantenía respetuosamente al margen de estas celebraciones.
Ahora, la Pachamama ha dejado de ser en Salta un tema que pertenece a la órbita de las creencias privadas de las personas, para pasar a ocupar un lugar tan destacado en la agenda gubernamental como el que ocupa la propia festividad del Milagro.
El avance de la religiosidad ancestral, antes que despertar recelos en la jerarquía de la iglesia católica de Salta, ha propiciado una corriente de simpatía y de aliento que fluye desde el vértice de la curia local, que no se enfrenta aquí a una manifestación del sincretismo religioso -muy común en los pueblos indígenas andinos- sino a una competencia en toda regla.
Aprovechando este aire caliente episcopal, al nuevo Ministerio de Asuntos Indígenas y Desarrollo Comunitario del gobierno provincial se le ha dado por realizar, como cosa suya, «la tradicional celebración de la Pachamama» en el lugar donde está instalada la Feria de los Artesanos en el Parque San Martín, frente al teleférico (otra deidad venerada por los lugareños, solo que de acero).
Repetimos para que no queden dudas. El Ministerio de Asuntos Indígenas y Desarrollo Comunitario, un órgano del Estado, no ha asistido, en calidad de invitado o de curioso, a ninguna celebración en homenaje a la Pachamama, sino que él mismo ha organizado la fiesta, como si se tratase de un asunto más de los que se ocupa esta cartera. Al revés de lo que se supone y se venía practicando, los invitados ahora han sido los caciques de los pueblos originarios, contentos todos ellos de que el gobierno los haya primereado en un festejo que hasta hace poco controlaban con mano de hierro.
Quiere decir que la responsabilidad de poner en escena lo que la comunicación oficial llama «la ceremonia ancestral del Convido, que consiste en abrir un pozo y arrojar hojas de coca y otros productos de la naturaleza como ofrenda y agradecimiento» ha sido esta vez de los funcionarios provinciales y no de los aborígenes.
Afortunadamente, el parte oficial no dice que antes de proceder a arrojar la coca en el pozo y pronunciado las palabras mágicas se haya izado el pabellón nacional ni entonado las estrofas del Himno. Aunque la ausencia de estas solemnidades no quita que se haya tratado de una Pachamama atravesada por el sello oficial del gobierno.
La Pachamama, como el voto electrónico
El parte oficial del gobierno dice que en el Parque San Martín se realizaron «diferentes actividades promocionales» que incluyeron exposición de artesanías, ceremonias indígenas y expresiones artísticas de cantos y danzas vinculadas a la diversidad nativa. Es decir, que la Pachamama, que no necesita de promoción de ninguna naturaleza, como no la necesita el Señor del Milagro, es ahora también objeto del marketing gubernamental, como lo fue y sigue siendo el voto electrónico.La única diferencia es que ahora el gobierno provincial explota a los pueblos originarios como si fueran los integrantes de una comparsa de carnaval que desfila para solaz de los turistas.
Una explicación innecesaria
Así como una vez el gobierno de Salta lanzó un programa para enseñar a los nativos de las montañas a cuidar a las vicuñas (objetivo inútil), ahora ha salido un funcionario a explicar por qué se honra a la Pachamama, algo que se sabe desde hace siglos, pero que al parecer el gobierno de Salta acaba de descubrir.El señor Enrique Rojo, Secretario de Asuntos Indígenas, nos ha explicado con gran sentido pedagógico que esta ceremonia forma parte del agradecimiento que se hace a la madre tierra durante todo el mes de agosto y el permiso de los pueblos indígenas de la zona alta para comenzar con la cosecha.
Además de contarnos cómo acaba de descubrir la pólvora, el funcionario dijo: “Revivir esta tradición nos permite conservar nuestra identidad; Salta es una provincia de la mayor variedad étnica del país, y que en cada rincón de la provincia se realice esta celebración nos permite saber quiénes somos, cuáles son nuestras raíces”.
Caciques vendidos e irlandeses pachamamizados
Dice el gobierno que a la ceremonia asistieron el presidente del IPPIS, Miguel Siárez; el vocal wichi del mismo instituto, Indalecio Calermo; y los coordinadores del Ministerio de Asuntos Indigenas y Desarrollo Comunitario, Martín Wierna y Mercedes Uldry Fuentes.Sin mencionar a nadie, cabe destacar que el bisabuelo militar de uno de los funcionarios citados participó con honores (pensión incluida) en la llamada Conquista del Chaco Argentino. Aquel joven oficial, nacido la ciudad gallega de La Coruña, murió en 1907 siendo teniente del 5º Regimiento de Caballería de Línea del Ejército Argentino. Tenía 31 años cuando falleció en combate contra los indios del chaco salteño y nunca imaginó que un descendiente directo suyo participaría algún día en una ceremonia de estas características.
Aqella operación castrense, que finalizó en 1917 con la conquista del territorio, tuvo por único objetivo la ocupación militar del chaco central y austral y el desalojo de los pueblos indígenas que lo habitaban.