
Sobre la primera, diremos que se trata de un galicismo o un giro de la lengua francesa («mettre en valeur») empleado en el español, generalmente de manera incorrecta.
Si bien la expresión española equivalente no es, en sí misma incorrecta, (dice Fundeu que sigue una pauta de formación similar a otras expresiones asentadas como «poner en claro», «poner en peligro» y «poner en cuestión»), lo que no parece tan claro es su significado.
Si nos atenemos al significado que «poner en valor» tiene en su idioma original ("hacer productivo lo que antes no lo era, aumentándolo y mejorándolo"), en español parece que la definición más adecuada es que la proporciona la Fundeu ("conseguir beneficio de algo que en la actualidad no rinde lo suficiente, creando para ello las condiciones necesarias") y no la del Diccionario del español actual de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos ("hacer que algo o alguien sea más apreciado, resaltando sus cualidades").
Está claro que para los dos casos (poner en valor una cosa o poner en valor una persona) nuestro idioma dispone de otros verbos como «valorizar» (aumentar el valor de algo) y «valorar» (reconocer, estimar o apreciar el valor o mérito de alguien o algo).
Lo anterior parece indicarnos que la expresión «poner en valor» debería reservarse para llamar a aquellas acciones con la que se persigue aumentar el valor de algo (una cosa) que en la actualidad no lo tiene o que, teniéndolo, no rinde o produce lo suficiente, creando para ello las condiciones necesarias.
Mucho más difícil, nos parece, es el empleo de «poner en valor» para referirse a una persona, pues aunque es posible aumentar el valor de los seres humanos para que rindan o produzcan en la cuantía o calidad que se espera de ellos, la expresión en tal caso se limita a las cualidades de una persona en tanto productor o agente económico, algo que a primera vista parece algo deshumanizado y hasta cierto punto materialista.
A una persona se la puede valorar y se la puede valorizar (en el sentido que vimos antes) pero «ponerla en valor», como si se tratara de un edificio en ruinas que se recupera para que produzca dinero, parece algo exagerado.
Por eso, la declaración del Intendente de Rosario de Lerma sobre que el programa de alfabetización "Yo, sí puedo" «pone en valor a los vecinos» comporta una visión deshumanizada del vecino, cuando no un mensaje un poco pedante (he can be pedantic, he can be pedantic) para las personas que acaban de iniciarse en el mundo de las letras.
Si lo que quiso decir el señor Sergio Topo Ramos -que de él hablamos- es que aprender a leer y a escribir mejora a las personas, ¿por qué no lo dijo con estas palabras sencillas?